Norilsk, situada en Siberia está considerada una de las ciudades más infernales del mundo. Los niveles de contaminación en esta villa industrial son tan elevados, que la esperanza de vida de sus habitantes es diez años inferior a la del resto de Rusia. Por si eso fuera poco, en invierno sus temperaturas alcanzan los -50º, y sus habitantes viven cuarenta días al año sumidos en una oscuridad total.
Hace unos días la ciudadsufrió una especie de «lluvia de sangre», que dejó sus calles teñidas de rojo. Por supuesto, no se trataba de ningún fenómeno sobrenatural, sino que fue debido a los restos de óxido de hierro vertidos a la atmósfera, que tiñeron de rojo sangre las gotas de lluvia.
Norilsk está considerada la décima ciudad más contaminada del mundo. Cada año, sus industrias liberan al menos 500 toneladas de óxidos de cobre y níquel y 2 millones de toneladas de dióxido de azufre. Por si todo lo anterior fuera poco, desde el año 2001 el acceso a la ciudad está prohibido para los extranjeros.
¿Son motivos suficientes para considerarla un lugar infernal?
Fuente: LiveScience.
Vicente Fernández López