Quienes quieran disfrutar de unas luces boreales espectaculares deberán estar atentos en los próximos días. Después de una larga siesta el Sol se ha despertado. El domingo por la mañana nuestra estrella emitió toneladas de plasma (átomos ionizados) hacia el espacio. Y ahora se dirige en nuestra dirección, por lo tanto, en cuanto llegue e interaccione con nuestra atmósfera, producirá un interesante espectáculo de luces.
“La erupción –asegura el astrónomo Leon Golub, del Centro de Astrofísica Smithsoniano de Harvard – se dirige directamente hacia nosotros y se espera que llegue el día 4 de agosto, temprano por la mañana. Es la primera erupción, en dirección a la Tierra en bastante tiempo.”
La erupción, denominada eyección de masa coronal, fue capturada con una cámara del Observatorio de Dinámica Solar de la Nasa, una nave espacial que transmite imágenes de la actividad solar en diferentes longitud de onda.
«Tenemos hermosas imágenes de la erupción – agrega Golub– Y puede que haya más bellas aún si desencadena auroras”.
Cuando una eyección de masa coronal alcanza la Tierra, interacciona con nuestro campo magnético puede crear una tormenta geomagnética: las partículas solares se dirigen a altas velocidades hacia los polos de la Tierra y chocan con los átomos de oxígeno e hidrógeno de la atmósfera que comienzan a brillar como pequeñas luces de neón.
Aunque las auroras se ven habitualmente solo en altas latitudes, una tormenta geomagnética las hace visibles a latitudes inferiores. Quienes quieran perseguirlas habrán de mirar hacia el norte y estar atentos entre hoy y mañana a lo que ocurra en el cielo: “cortinas” de luces verdes y rojas.
La actividad del Sol es un ciclo bastante regular que se repite cada 11 años: su último pico de actividad se produjo en 2001 y fue bastante breve y débil. Este despertar es un signo que se avecina un nuevo pico de actividad.
Juan Scaliter