Un equipo de investigadores de la Universidad Estatal de Washington, liderados por Lei Li, han desarrollado un laboratorio portátil de bajo coste en un teléfono móvil. El dispositivo funciona casi tan bien como los laboratorios clínicos para detectar infecciones virales y bacterianas comunes.
El estudio, publicado en Clinica Chimica Acta, podría conducir a resultados de laboratorio más rápidos, algo fundamental en epidemias víricas y bacterianas de rápido movimiento, especialmente en regiones rurales o de bajos recursos donde no se dispone fácilmente de equipos de laboratorio y personal médico.
En áreas alejadas, los médicos algunas veces deben confiar en los síntomas del paciente o usar su propio criterio al observar los resultados del color de la muestra para determinar si el paciente tiene una infección. Lógicamente no se trata de un proceso muy preciso. Enviar los resultados a una ciudad cercana puede llevar días y es probable que la infección se haya generalizado. Por otra parte, la mayoría de los dispositivos móviles de diagnóstico, solo pueden analizar una muestra a la vez.
El dispositivo diseñado por Li y su equipo, funciona casi tan bien como las pruebas de laboratorio estándar para detectar 12 enfermedades infecciosas víricas y bacterianas comunes, como las paperas, el sarampión, el herpes y la enfermedad de Lyme. Los investigadores probaron el dispositivo, con 771 muestras de pacientes y mostró una precisión de entre el 97 y el 99,9%. Por si fuera poco, el lector de muestras puede analizar hasta 96 al mismo tiempo.
“Este lector – explica Li en un comunicado –tiene el potencial de mejorar el acceso y acelerar la entrega de servicios de salud. Si descubrimos las infecciones antes, podemos tratarlas más rápidamente, lo que hace una gran diferencia, especialmente en áreas remotas de bajos recursos”.
Para diseñar el dispositivo, el equipo de Li compró los componentesy lo construyó desde cero. El precio total no llegó a los 50 euros, pero el coste de fabricación probablemente será menor una vez se inicie el proceso de fabricación.
Juan Scaliter