Los teléfonos móviles han tenido mala prensa durante años. Primero, los rumores sobre tumores cerebrales. Luego, la evidencia de su uso relacionado con los niveles de estrés y la impericia al volante. Pero quizá el elemento más sobrecogedor para el varón sea el rumor de que los dispositivos pueden causar serios daños en su fertilidad. Científicos del Centro de Medicina Reproductiva de la clínica Cleveland realizaron un estudio con 361 hombres, y llegaron a la conclusión de que el tiempo de uso del teléfono móvil afectaba directamente a los niveles de esperma.

Los resultados son alarmantes para cualquier usuario. Los hombres que habían utilizado sus móviles durante más de cuatro horas diarias tenían un nivel de esperma un 41% inferior al de aquellos que no lo usaban nunca, según los investigadores. Incluso quienes lo utilizaban durante dos horas al día veían mermadas sus existencias hasta un 20%.

El mecanismo por el cual se produce el daño es difuso, dice el responsable del estudio, Ashok Agarwal. Una posibilidad es que la radiación electromagnética emitida por el móvil -tanto si funciona como si no- afecte a la región del cerebro responsable de la segregación de testosterona. Es más probable que la radiación de los aparatos, a menudo sujetos al cinturón o en el bolsillo de los usuarios que más los utilizan, afecte al desarrollo del esperma; estudios independientes han demostrado que las ondas de radio con frecuencias similares a las emtidas por los teléfonos móviles pueden dañar el ADN del esperma.

Pero los pantalones pueden no ser los únicos culpables. El estudio no incluía variantes como la edad, el estrés u otros factores, y la mayoría de los médicos especializados entre fertilidad no considerarían los niveles de esperma como clínicamente anormales, ni siquiera entre los parlanchines más empedernidos. «Yo no he dejado de utilizar mi móvil», dice Andrew La Barbera, director científico de la Asociación Americana de Medicina Reproductiva.

«Va a ser complicado determinar la relación causa-efecto», admite Agarwal, quien está llevando a cabo un segundo estudio. «Quizá los que usan el móvil durante muchas horas al día deberían mantenerlo alejado del cuerpo«.

Redacción QUO