Las manchas del Sol han tenido una inusualmente baja actividad al final del ciclo solar, y un artículo publicado en la revista Nature explica por qué. La respuesta está en las variaciones en la velocidad del flujo hacia el ecuador del plasma en el interior de nuestro astro.
Los autores el estudio, un equipo del Instituto Indio de Ciencias de la Educación e Investigación de Calcuta, liderados por Dibyendu Nandy, utilizaron un modelo matemático de la actividad magnética del Sol para simular 210 ciclos de manchas solares.
Los resultados muestran que el rápido flujo meridional en la primera mitad de un ciclo, seguido por un flujo más lento en el segundo tiempo, conduce a un mínimo de manchas solares de profundidad, y puede reproducir las características observadas.
El equipo de Nandy recuerda en su trabajo que hacia el final del ciclo solar 23, cuyo estado de actividad máxima se produjo en 2001, la actividad solar entró en un mínimo prolongado, caracterizada por un muy débil campo magnético polar y un número inusualmente elevado de días sin manchas solares.
La actividad magnética del Sol varía periódicamente, exhibiendo un ciclo de aproximadamente 11 años que se puede controlar mediante la observación de la frecuencia y la ubicación de las manchas solares. El ciclo solar influye en la Tierra de diversas formas, así que conocer su funcionamiento es muy importante.
Redacción QUO