TEO es la única plataforma de investigación robótica española de primer nivel en el mundo. Ensayan en ella cómo hacer las mejores piezas para que una máquina se mueva de un modo eficaz en cualquier entorno. El trabajo actul de Concha Monje, ingeniera en electrónica e investigadora del Robotic Lab de la Universidad Carlos III de Madrid, se centra en el análisis e investigación de los motores (los más pequeños y eficaces) y los mejores materiales.
¿Merece la pena hacer robots, con lo caros que son?
Absolutamente. Yo creo que la investigación tiene como fin la ayuda al ser humano. En medicina hay mucho que hacer en robótica, con los robots quirúrgicos, la implantación de nanorobots en el cuerpo para motorizar constantes que desde fuera no se pueden hacer…. todo tiene como objetivo hacernos la vida fácil.Queremos hacernos la vida cómoda, y de ahí que construyéramos los primeros autómatas: buscamos el reemplazo del humano por una máquina para dejar de hacer tareas forzosas. Los robots, las máquinas, son un alivio para la humanidad. Queremos aliviarnos de cargas laborales, aunque habrá que ver cómo se regula para que nadie se quede sin trabajo.
“Los robots son un alivio para la humanidad”
¿Pero remplazar humanos va más allá de que te traigan el desayuno a la cama?
SÍ. Hoy hay robots capaces de procesar mucha información, desplazarse sobre una habitación de un modo casi autónomo, responder a un examen con el 100% de éxito… Pero nos olvidamos de la parte emocional. El humano se mueve por amor, se queda en un grupo social porque se siente querido por ese grupo. Hay bastante desarrollo en robótica emocional, ligado a la Inteligencia Artificial,pero un robot jamás podría a día de hoy equipararse a un ser humano.
¿Qué te interesa de la robótica?
Por un lado, los motores. Hay una parte que tiene que ver con la megatrónica, los mejores actuadores para mover los robots, de manera que se integre bien en un entorno y que la interacción con el robot sea segura, que no nos haga daño si se mueve… Estos actuadores nos permitirían que se pueda vestir solo, o te pueda vestir a ti. Y por otro lado están los materiales. El objetivo es hacerlo cada vez más livianoe integrado con el humano. Hasta el punto de poder ponerte un brazo robótico, o un exoesqueleto que te permita mover tu brazo si lo tienes limitado. Este sector de investigación, esta robótica integrada, es en lo que estoy trabajando. Investigo la robótica blanda, la sustitución de elementos rígidos por blandos, de modo que si hay un golpe, el material blando absorba el golpe, y el robot no se deteriore, o si te da a ti una torta sin querer, pues que no te haga daño.
“Nunca he soñado con TEO. En algún momento sí he soñado con la impresora 3D construyendo, ella sola”
¿Qué materiales trabajas?
Hay infinidad. Pero también es un reto el descubrimiento de nuevos materiales. Los hay pasivos, pese a que sean blandos, que no reaccionan aunque los golpees o calientes, por ejemplo. Pero hayotros cuyas propiedades varían en función de actuaciones externas, por ejemplo, son distintos si se calientan. Esto es muy aprovechable. Lo hacemos por ejemplo pasando una corriente, que los calienta, y el material se deforma. Esto hace más compleja la actuación sobre ese eslabón. Piensa que un robot es una sucesión de eslabones.
¿Por qué investigar en esta dirección?
Europa es quien decide qué líneas de actuación seguir, los grandes Popes investigadores, entre los que está Carlos Balaguer, mi director de investigación, son los que han decidido las líneas a futuro. Hay ahora una muy clara, que es la robótica blanda, relacionada con los materiales nuevos. El desarrollo de los robots blandos está en primera línea y en mis objetivos. No soy la única. Así que tendremos muchos robots blandos pronto.
¿Sueñas con robots?
No más que con otras cosas a las que no me dedico, como la música, por ejemplo,que estudié desde los 5 años, cuando aprendí qué era un diapasón. Entonces esperamos a que me crecieran los dedos para poder apuntarme a piano. Dejé la carrera de música por la ingeniería. Ya veces me he arrepentido. En mi trabajo,me gusta lo que hago, me permite estar siempre en reto conmigo misma, estudiar mucho… Esta es una carrera de estudiar, pero también tengo una gran vocación docente. Me gusta transmitir y comunicar y que todo el muno pueda empezar por entender matemáticas, electrónica…
“Aquí somos 7 trabajando con TEO, en japón tienen 100 trabajando con solo una pieza de cualquier robot”
¿Y mientras duermes, alguna vez has soñado con TEO?
No, nunca he soñado con TEO. En algún momento sí he soñado con la impresora 3D construyendo, ella sola, creando… pero lo que sí aparece mucho en mis sueños son las ecuaciones sobre papel, el desarrollo matemático que llevará al prototipo que después la gente ve. Mi mayor dedicación es hacer el desarrollo matemático, después eso se lleva al objeto tangible. Esas ecuaciones aparecen en mis sueños. A veces aparece la solución. He resuelto problemas dormida. Me he despertado. Lo he apuntado y me he vuelto a dormir. Ahora son mis doctorandos los que sueñan con ecuaciones.
¿Te interesan los robots para hacer música?
Es brutal el desarrollo que hay de robots que hacen música. Esmuy complejo un robot que toca la trompeta, más que que toque el piano. Que eche aire es dificilísimo… Pero en mi relación con la música yo necesito que haya emoción detrás de una interpretación. Hay avances enormes en robots músicos, pero si vas a un directo ves al músico interpretando, llorando, respirando. ¡En cuántas grabaciones de guitarra escuchas arañar las cuerdas, la respiración del guitarrista…! Eso transmite una emoción que nunca estará en las máquinas.
¿Y qué música tocaría TEO?
No es muy cañero, es más bien pop. Sus movimientos son lentos. Conseguir velocidades altas en robots es complejo, no corren, algunos levantan dos milímetros del suelo y ya dicen que corre!. Un robot industrial, lo programas y van muy rápido, son más heavy, pero TEO es muy lento, plancha despacio, de fondo me lo imagino escuchando a Celine Dion, o Mecano. Es un poco técno, con tecladitos, es más Mecano que Celine.
¿Cuántos años tiene TEO?
Empezamos a desarrollarlo hace 4 años. Antes teníamos otro prototipo, RH1, de Robot Humanoide 1. Se cayó. Tuvo un golpe y ahora está en una vitrina. Así que tuvimos que empezar de nuevo. Aquí somos 7 trabajando con TEO, en Japón tienen 100 trabajando con solo una pieza de cualquier robot. Es una evolución constante, hemos cambiado los motores varias veces, que son lo fundamental, con más potencia, más pequeños para que el robot no sea muy grande… Aparecen nuevos motores, más pequeños, más livianos… Está en constante evolución. Nunca estará terminado.
¿Tiene manos?
Ahora tiene 3 modelos de manos. Hemos desarrollado distintas, con las impresoras 3D, distintos agarres, morfologías, para ver la presión cuando coge una pieza, la modalidad… Imprimir en 3D ayuda muchísimo porque no tenemos que prototiparlas con una empresa externa. Si la tuviéramos que encargar fuera, una mano te puede costar 10.000 euros.
¿Y tiene traje?
Le hizo un diseño Marina Anaya, una diseñadora muy importante. El diseño nos gustó muchísimo. Hizo la prueba etc. Y finalmente en el momento de prototiparlos coincidió la crisis económica. El traje iba a ser en material plástico, había que hacer los moldes, había que hacer muchas partes, una pieza que encajaba sobre otra, múltiples piezas con formas redondeadas complejas. En ese momento de crisis hubo que decidir sin invertir en investigación o en vestirle, y elegimos investigar. Así que ahora tiene un traje sencillo, que parece de astronauta, y solo lo usamos si hay algún evento.
PUEDES VER LA ENTREVISTA COMPLETA EN ESTE VÍDEO:
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Redacción QUO