Un fósil de un pterosaurio adulto junto a uno de sus huevos conservado en perfecto estado. Este descubrimiento único ha sido realizado en China por un equipo de paleontólogos británicos y chinos. El trabajo aparece publicado en un artículo de la revista Science.
La presencia del huevo indica que este dinosaurio, un reptil alado que vivió hace unos 160 millones de años, era hembra, permitiendo a los investigadores hacer comparaciones entre ambos sexos de su especie, Darwinopterus.
Los detalles del huevo implican que las estrategias reproductivas del pterosaurio no eran como las de las aves, desdiciendo lo que creían la mayoría de los investigadores, sino más como las de los cocodrilos u otros reptiles.
[image id=»30423″ data-caption=»» share=»true» expand=»true» size=»S»]El equipo de investigadores, encabezado por Junchang Lü, de la Academia China de Ciencias Geológicas, extrajeron el fósil del Darwinopterus de rocas sedimentarias de la provincia china de Liaoning. El esqueleto casi completo demuestra que los machos de esta especie de pterosaurios tenían pelvis relativamente pequeñas y crestas en la cabeza, o al menos grandes extensiones de hueso en la parte superior de sus cráneos. Las hembras, por otra parte, tenían pelvis mucho más grandes, pero no tenían crestas craneales.
El equipo de Lü señala que el huevo es relativamente pequeño comparado con el cuerpo del pterosaurio y que era posiblemente suave y cubierto con un material similar al pergamino. Un ave actual del tamaño de un pterosaurio produciría huevos tres veces mayor que el dicho dinosaurio, ya que deben contener todos los recursos necesarios para permitir el desarrollo completo del embrión. Por ello, deducen que las hembras Darwinopterus enterraban sus huevos como reptiles para que crecieran con los nutrientes del suelo.
Redacción QUO