El lago Skaftárkatlar es uno de los mejores lugares de la Tierra para estudiar cómo podría evolucionar la vida en los océanos de lunas como Encélado o Europa, ya que se encuentra debajo de una capa de hielo de 300 metros de espesor y sus aguas probablemente nunca han sido expuestas a la atmósfera.
Un estudio preliminar realizado por un equipo dirigido por Gregory Farrant, en este lago islandés, ha hallado evidencias de nuevas cepas de bacterias.
«Nuestros resultados preliminares revelan nuevas ramas de la vida en esta zona – explica Farrant en un comunicado –. Es difícil de analizar el ADN de microbios totalmente nuevos para la ciencia, porque no hay conocimiento previo sobre ellos, por eso precisamos más tiempo. Nos enfrentamos a muchas incógnitas.”
La investigación se enmarca en un proyecto de investigación financiado por la Unión Europea llamado AstroLakes y actualmente está analizando 10 muestras tomadas en la última década. Para obtenerlas se lanza un chorro de agua caliente que derrite el hielo y luego se envía un dispositivo para recolectar pequeñas muestras de agua rica en azufre.
El descubrimiento suma otra nueva esperanza de encontrar vida en las lunas heladas de Saturno o Júpiter.De hecho, a principios de este año, la sonda Cassini de la NASA detectó moléculas orgánicas simples despedidas de cientos de kilómetro por los géiseres de Encélado.
Actualmente la NASA está considerando otro viaje a Encélado en una misión propuesta llamada Enceladus Life Finder y otra a Europa en la misión Europa Clipper.
“Nuestra esperanza – concluye Farrant – es que an ambos sitios existan organismos con metabolismos similares. En este sentido, Europa presenta condiciones adecuadas para que exista este tipo de vida”.
Juan Scaliter