Eskorbuto, con K, era el nombre de un grupo del radical vasco de los años 80. Pero con C, es el nombre de una terrible enfermedad, cuya simple mención nos retrotrae a los siglos XVII y XVIII. La primera mención a su existencia data del año 1500 adC, pero esta enfermedad se hizo especialmente común en la época de los grandes navegantes y exploradores.
El escorbuto está provocado por la falta de vitamina C y, por ese motivo, era una enfermedad que se cebaba con los marinos, ya que no era posible almacenar frutas y otros alimentos perecederos en los barcos. Y, al no disponer de alimentos frescos y tener que consumirlos conservados en salmuera, los marinos contraían el escorbuto.
Entre los síntomas que provoca la enfermedad está la pérdida de los dientes y el cabello, fatiga y debilidad muscular, problemas de movilidad… Y puede llegar incluso a causar la muerte. Pero lo más llamativo de todo es que muchos de esos síntomas pueden ser revertidos por el sencillo método de consumir cítricos, frutas y alimentos frescos.
El escorbuto nunca ha desaparecido de nuestro mundo, y sigue presente en los países en vías de desarrollo, ya que es una enfermedad vinculada con la malnutrición. Lo más sorprendente es que los especialistas aseguran que está volviendo a despuntar en el mundo desarrollado. Las cifras referidas a Estados Unidos indican que se están produciendo más casos de los habituales.
Pero, ¿a qué se debe este renacer del escorbuto? Pues, una vez más, a la dieta. El aumento del consumo de alimentos procesados y en conserva, ha hecho que muchas personas hayan dejado de comer de forma habitual frutas y alimentos frescos. Y las ha convertido en el blanco perfecto para esta enfermedad.
Fuente: IFL Science.
Vicente Fernández López