El castillo de Culzean está considerado uno de los más bonitos de Escocia. Está situado en la costa de Ayrshire, y su construcción comenzó en el año 1777. Pero, mucho antes de que se iniciasen las obras para edificar la fortaleza, en ese lugar se levantaba una torre medieval.
Y bajo los terrenos donde estaba la torre y ahora el castillo, existe un laberinto de cuevas naturales, alguna de las cuales funciona como pasadizo que comunica los acantilados costeros, con otros lugares cercanos. La existencia de esas cuevas ya era conocida, aunque llevaban décadas clausuradas. Pero el proyecto de convertirlas en atracción turística ha hecho que se abran de nuevo para acondicionarlas.
Y las obras llevadas a cabo en su interior han servido para descubrir los restos de una puerta medieval de piedra en el interior de una de las cuevas. Y también han aparecido restos de cerámica y cristal, datados en un amplio período que abarca del siglo XV al XVIII.
Todos los indicios apuntan a que esas cuevas fueron utilizadas desde la Edad Media por bandas de contrabandistas para ocultar sus mercancías. Y también por piratas y saqueadores que provocaban naufragios, atrayendo barcos hasta la costa para que se hundieran, y luego apoderarse de su contenido.
Fuente: Smithsonian Magazine.
Vicente Fernández López