Cuando hay un incendio en un edificio alto, las reglas de seguridad dictan que no cojamos el ascensor y utilicemos la escalera. La opción puede ser válida y segura en un edificio de pocas plantas, pero en rascacielos, hoteles y oficinas, donde hay una gran cantidad de gente, las escaleras pueden convertirse en una trampa. Pero, ¿qué pasaría si usar el ascensor fuera la forma más rápida y segura de evacuar un edificio?
Salamandra Zone es una solución de la Universidad Hebrea de Jerusalén cuyo objetivo es transformar el ascensor en una zona de seguridad. Para ello utilizan una pequeña caja colocada en la parte superior de la cabina. Esta caja tiene dos funciones.Primero, convierte los gases tóxicos en aire respirable en nanosegundos. En segundo lugar, agrega un ventilador de gran potencia al techo de la cabina, que empuja el aire refrigerado hacia el elevador y evita que entre el humo. Funciona incluso cuando las puertas del ascensor están abiertas.
Los sensores diseñados por Salamandra Zone pueden detectar las concentraciones exactas de gases nocivos en el exterior. La unidad contiene una mezcla de sus propios químicos contrarios destinados a reaccionar instantáneamente con los gases detectados y convertirlos en oxígeno respirable. El CO2, por ejemplo, se divide en sus componentes moleculares hasta que solo queda O2. Lo más interesante es que todo el sistema puede colocarse en cualquier ascensor. De acuerdo con los responsables de su desarrollo, las zonas de los ascensores están hechas hormigón y no son víctimas del fuego.
Juan Scaliter