Ante la retirada definitiva de sus transbordadores espaciales, la NASA ha decidido apostar por la empresa privada para el desarrollo de un vehículo capaz de trasladar a sus astronautas al espacio. Por eso, ha decidido repartir 270 millones de dólares entre cuatro compañías que ya cuentan con diseños capaces de cumplir esta misión. Los afortunados son: Boeing, que recibirá 92,3 millones; Sierra Nevada Corporation, con 80 millones; Space X, 75 millones; y Blue Origin, a la que corresponden 22 millones.
Se prevé que con estas ayudas consigan tener listo el nuevo vehículo para mediados de esta década, y liberen así a la agencia americana de la necesidad de alquilar las naves rusas Soyuz. La carrera por el contrato final queda abierta.