Los pacientes de la sanidad pública están sometidos cada día a lo que parece unas cada vez mayores listas de espera. Las últimas noticias provenientes de Cataluña confirmaban que se supera el plazo máximo de espera e incluso un hospital público de gestión privada ha sido acusado de trasladar a una paciente de su parte pública a cambio de un pago de más 9.000 euros.

Una simple introducción de la frase ‘lista de espera’ en los buscadores de noticias permite obtener resultados con denuncias nuevas casi cada día. Y afectan a los servicios de salud de prácticamente toda España. Las personas que acuden a la sanidad pública en espera de ser observados por un especialista asumen que tendrán que esperar semanas, e incluso más tiempo, para poder visitar a su médico.
En este tesitura, muchas personas optan por evitar la sanidad pública mediante la única opción posible: hacerse una póliza con alguna aseguradora privada. ¿Significa eso que vayan a tener una mejor sanidad? Parece que no, al menos no necesariamente.

Cesáreas a todo tren
El mejor ejemplo lo tendríamos en el caso de las cesáreas. Las estadísticas confirman que esta práctica, no recomendada si no es estrictamente necesaria, se lleva a cabo con mayor intensidad en la sanidad privada que la pública. Un reciente estudio sobre los partos en la región italiana de Regio Emilia, publicado el pasado mes de febrero en la revista BMC Pregnancy and Childbirth, confirma al cien por cien esta tesis.

Según el estudio de los investigadores italianos, los niños que nacieron en esta región transalpina estaban igual de sanos independientemente de si habían nacido en clínicas privadas o en clínicas públicas. Sus madres, en cambio, habían experimentado una diferencia de trato dependiendo del sistema en el que fueran asistidas. «Efectivamente ese estudio confirma que el niño nació igual de bien en una que en otra, explica el médico de familia Javier Padilla, pero en la privada el proceso estuvo sometido a más medicalización, mayor intervencionismo y más operaciones». En ese caso, en la privada fue peor.

Actividad ligada a los ingresos
¿Podría pasar esto en el resto de especialidades médicas? Lo analiza el propio Padilla: «El pago por acto genera actividad. Si tus ingresos dependen de tu actividad, siempre vas a generar más actividad. La forma en que tú pagas a los profesionales define la forma en que ellos llevan a cabo su proceso clínico. Esto no significa maldad, sino que los incentivos definen la conducta».

Las listas de espera, lo sabemos, son odiosas, y en la privada los usuarios tienen acceso directo a los especialistas ¿Pero es eso bueno? Parece que no tanto. «Sabemos que la mayoría de las enfermedades no son monodependientes de un proceso concreto, confirma Padilla. Nuestro problema son los pacientes complejos, pacientes que no sólo tiene diabetes, sino también hipertensión, etc. Y no podemos mandarlo a cinco especialista distintos ni todos ellos están coordinados entre sí». Como ya vimos en el caso de la mujeres y las visitas a los ginecólogos, los especialistas no siempre son la panacea y ni siquiera representan la mejor opción para los pacientes.

Redacción QUO