Las hembras de mamut lanudo solían estar vinculadas durante toda su vida al grupo en el que habían nacido, mientras que los machos cambiaban de manada para aparearse. Esa es la conclusión a la que ha llegado un nuevo estudio, cuyos resultados se han publicado en la revista Scientific report, y en cuya elaboración ha participado el investigador del CSIC Carles Lalueza-Fox.
Para realizarlo se han analizado los genomas mitocondriales obtenidos de los restos de 143 mamuts, entre ellos los de 54 fósiles que nunca se habían secuenciado. En dicho grupo figuraban además los restos de dos ejemplares encontrados en la década de 1930 en el yacimiento de Aldehuela, en Getafe, y que se conservan en el Museo de los Orígenes de Madrid.
Y los análisis de los genomas mitocondriales han permitido dividir a los mamuts en tres grandes linajes. “Hemos detectado tres poblaciones muy diferenciadas, una de ellas en la Europa continental» explica Lalueza-Fox, investigador del Instituto de Biología Evolutiva de Barcelona, un centro mixto del CSIC y la Universidad Pompeu Fabra.
La conclusión que se extrae de estos resultados es que las hembras de mamut nacían y vivían en una misma manada, mientras que los machos acostumbraban a cambiar con el fin de aumentar sus posibilidades de procrear. «Este hecho explicaría por qué el ADN mitocondrial, que se transfiere exclusivamente por vía materna, está muy estructurado geográficamente en estos fósiles», concluye Lalueza-Fox.
El estudio también revela que esa “peregrinación” de los machos de un grupo a otro, permitió que especies como el mamut lanudo se cruzaran con otras como el de las estepas.
Fuente: Scientific report.