Reconocer que formamos una minúscula parte de la vida en el planeta, tiene la enorme ventaja de que hay mucho por conocer. Tanto mediante la investigación o la curiosidad como a partir del descubrimiento de especies desconocidas. Este año, en su undécima edición, la Facultad de Ciencias Ambientales y Forestales (ESF) de la Universidad de Nueva York, ha anunciado las 10 nuevas especies de animales, plantas y microbios más llamativas descubiertas en 2018.
Los hallazgos van desde un árbol de la selva tropical que alcanza los 40 metros de altura a un pequeño organismo unicelular. El Instituto Internacional para la Exploración de Especies (IISE) de ESF publica este listado todos los años, cerca del 23 de mayo, el aniversario del nacimiento de de Carlos Linneo, el botánico sueco del siglo XVIII considerado como el padre de la taxonomía moderna.
“Cada años nombramos alrededor de 18.000 nuevas especies – señala Quentin Wheeler, director del ESF en un comunicado –, pero hay al menos otras 20.000 que se extinguen en el mismo periodo. Muchas de estas especies, si no las encontramos, las nombramos y las describimos ahora, se perderán para siempre. Y sin embargo, pueden enseñarnos mucho sobre la complejidad de los ecosistemas y los detalles de la historia evolutiva, algo que realmente vale la pena saber ya que enfrentamos un futuro ambiental incierto nosotros mismos”.
En la imagen principal se puede ver a Beta, uno de los miembros de la nueva especie de orangután (Pongo tapanuliensis) descubierta recientemente. Crédito imagen: Andrew Walmsley
Cuando la isla de El Hierro (Canarias) sufrió la erupción de un volcán submarino en 2011, la vida marina se vio afectada gravemente. Pero, al mismo tiempo, las condiciones (reducción del nivel de oxígeno y la liberación de CO2 y sulfuro de hidrógeno) crearon el ambiente perfecto para la proliferación de una nueva proteobacteria, Thiolava veneris, que colonizó áreas de hasta 2.000 metros cuadrados a una profundidad de 130 metros.
Crédito imagen: Miquel Canals, Universidad de Barcelona.
Las fosas Marianas, la mayor profundidad de los océanos, supera los 10.000 metros. Y a casi 8.000 es donde habitualmente vive el Pseudoliparis swirei, el pez (conocido hasta la fecha) que habita a mayor profundidad. A pesar de medir apenas 10 centímetros, parece liderar la cadena alimenticia.
Crédito imagen: Mackenzie Gerringer, University of Washington. ©Schmidt Ocean Institute
El crustáceo de Víctor Hugo
Este nuevo anfípodo, bautizado Epimeria quasimodo, por el personaje del libro de Victor Hugo, El jorobado de Notre Dame. Mide apenas 50 mm. y habita el océano Antártico.
Crédito imagen: Cédric d’Udekem d’Acoz, copyright Royal Belgian Institute of Natural Sciences
El aristócrata de la selva tropical
Se llama Dinizia jueirana-facao y pese a ser grande en tamaño (unos 40 metros, como un edificio de 13 plantas y unos 56.000 kilos, como 10 elefantes), su número es muy escaso. Habita los bosques atlánticos de Brasil.
Crédito imagen: Gwilym P. Lewis
23 millones de años atrás, las selvas de Australia tenían un depredador propio, el Wakaleo schouteni, un león marsupial que pesaba unos 30 kilos y tenía un tamaño similar al de un pastor alemán.
Crédito imagen: Peter Schouten
El autoestopista biológico
Sí, es cierto: es una hormiga, pero allí, en lo que parece un segundo abdomen hay un escarabajo de apenas 1,5 mm. Se trata del Nymphister kronaueri. Ha evolucionado para confundirse con el abdomen de la hormiga Eciton mexicanum, imitando en tamaño, forma y color su abdomen. Se “ancla” a la hormiga con su boca y allí va, dejándose llevar. Habita en Costa Rica.
Crédito imagen: D. Kronauer