Descansando
Antes de la excitación, los cuerpos cavernosos y el tejido eréctil del pene están en reposo. El entramado rojo son las venas que transitan.
Levando anclas
Gracias a la estimulación, las venas se dilatan, para dejar paso a la sangre que comienza a llenar el tejido del pene. Los testículos también se preparan contrayéndose.
¡Ar!
Por fin, el tejido eréctil, ahora ensanchado, presiona las venas hasta encontrar el equilibrio entre el volumen de sangre que entra y el líquido que sube de los testículos.
Escondido
En el proceso de excitación sexual de una mujer, el clítoris sale de su escondite bajo los labios vaginales. Fuera, solo se aprecia la punta en la parte superior de la vulva.
Como una esponja
Tras la punta o glande del clítoris está su prolongación: un cuerpo esponjoso de más de 9 cm que durante la excitación se enrojece, se pone rígido y se hincha.
Centro del placer
En el clímax, el clítoris recibe un aumento de la irrigación sanguínea. Más de 8.000 terminaciones nerviosas convierten a este “órgano” en una máquina de placer.
De la excitación al orgasmo en cuatro fases
Con una sola mirada, dos cuerpos se atraen y un torbellino de sensaciones tienen lugar. Se acercan, se funden y, cuando acaban, se relajan como la marea baja. Esto es lo que sentimos, pero ¿qué ocurre por dentro? Durante el proceso de excitación se produce un aumento del riego sanguíneo (atención al aspecto de las venas en la imagen), los músculos entran en tensión, la respiración se entrecorta y las terminaciones nerviosas de la pareja echan chispas en cada contacto. Después, las pulsaciones y la respiración deceleran con cierta brusquedad. El duo de sexólogos estadounidenses Virginia Johnson y Willian Masters dividen este episodio en cuatro fases: excitación, meseta (grado alto de estimulación), orgasmo y resolución.
Todo encaja
Durante la penetración, el hombre y la mujer procuran el placer del otro. De hecho, parecen estar “construidos” biológicamente para encajar como un puzle. La vagina se lubrica para recibir el pene y proteger el semen del ambiente ácido de su interior. Además, su contacto acrecienta la estimulación masculina.
Panel de vida
La sección de un testículo deja al descubierto los millones de espermatozoides que maduran en su interior durante tres meses. Estos son creados por los túbulos seminíferos. ¿A que no te lo imaginabas así?
Dentro del óvulo
Los folículos primordiales que madurarán, gran cantidad de vasos sanguíneos, tejido elástico y tejido conjuntivo laxo. Cada ovario produce un óvulo (en la imagen) alternadamente en ciclos de 28 días, momento en el cual lo libera.