¿Alguna vez has notado lo pacífico y silencioso que parece el mundo después de una buena nevada? Da igual si estás en la ciudad, en el campo o en la costa, el silencio domina el paisaje cada vez que nieva.
No es tu mente que te juega malas pasadas. Hay motivos por los que la nieve hace que el mundo parezca más tranquilo.
Parte de la calma después de una nevada es lógica. La gente tiende a quedarse en casa durante las tormentas de nieve, lo que significa que hay menos gente fuera y menos coches en la carretera (o ninguno). Los pájaros tienden a refugiarse del frío, y están más tranquilos durante una tormenta de nieve.
Pero también hay una explicación científica del silencio en la nieve. La nieve absorbe muy bien las ondas de sonido. En condiciones normales, estas ondas rebotan en todas las superficies duras que nos rodean, amplificando el ruido ambiental.
Cuando una capa de nieve fresca cubre nuestro entorno, las ondas sonoras son absorbidas y ya no se propagan más, colaborando con la sensación de tranquilidad.
La nieve como aislante acústico
La absorción de ondas de sonido se mide en una escala de 0 a 1. Por ejemplo, una pared con un índice de absorción de sonido de 0,5 absorbe el 50% de las ondas sonoras que recibe. El índice de absorción acústica de la nieve está entre 0,5 y 0,9, lo que significa que absorbe la mayor parte del sonido circundante.
La nieve es capaz de absorber el sonido porque es porosa. Los copos de nieve son cristales hexagonales, y están llenos de espacios vacíos. Esos espacios son los que absorben las ondas sonoras, de forma parecida a los aislantes acústicos de espuma densa.
No todas las nevadas son igual de efectivas para silenciar el ruido exterior. Una capa fina de nieve en polvo no es suficiente para absorber una cantidad de ruido apreciable. Normalmente se necesitan unos pocos centímetros de nieve para tener un efecto amortiguador suficiente.
A medida que la nieve se derrite pierde su capacidad de absorción, porque los huecos en los copos de nieve desaparecen al derretirse, y se reduce el espacio entre los cristales.
Como las temperaturas fluctúan en invierno, la nieve recién caída puede derretirse parcialmente y luego congelarse. Una vez que la nieve se convierte en hielo, puede en realidad amplificar los sonidos cercanos, porque el hielo refleja las ondas sonoras en lugar de absorberlas.
Piensa que el silencio que cae sobre el mundo después de una nueva nevada es sólo temporal, tan fugaz como la belleza de la nieve recién caída. Es una buena razón para salir y experimentarlo en lugar de mirarla desde la ventana.