Una nueva investigación muestra que las sustancias presentes en los vapeadores dañan el intestino y facilitan el desarrollo de enfermedades inflamatorias como la diabetes y la obesidad
Los cigarrillos electrónicos y los vapeadores se han convertido en elementos cotidianos desde que en 2007 aparecieron en el mercado. Desde entonces han sido considerados como una alternativa más saludable al tabaco o una forma de abandonar viejos hábitos. Sin embargo, en los últimos años han aparecido dudas sobre la seguridad de estos dispositivos.
Aunque los cigarrillos electrónicos no contienen tantos tóxicos como el tabaco y en general son menos perjudiciales, como confirmó la OMS en un informe de 2019, no son inocuos y han aparecido nuevos riesgos asociados a su consumo.
Los cigarrillos electrónicos afectan al intestino y otros órganos
Un nuevo artículo publicado por científicos de la Universidad de San Diego pone de manifiesto un nuevo efecto adverso de estos sustitutos de los cigarrillos. La investigación se centró en dos sustancias químicas, el propilenglicol y el glicerol vegetal, básicas para la producción del humo característico de los vapeadores.
Estas dos sustancias, al mezclarse y calentarse, generan otros productos que pueden afectar al intestino. La superficie interna del intestino está recubierta por células epiteliales fuertemente unidas entre sí. Esta estructura es la que permite la absorción de nutrientes a la vez que evita la entrada de posibles patógenos.
Los subproductos de la combustión de los cigarrillos electrónicos pasan a la sangre y degradan las proteínas que mantienen unidas a las células epiteliales del intestino. Cuando se debilita esta barrera intestinal, se favorece la entrada de microorganismos y toxinas a la sangre, aumentando la inflamación y el riesgo de infecciones.
Durante la investigación se expuso a células epiteliales a la acción de estas sustancias. Se comprobó como esta alteración de las células del epitelio intestinal tiene efectos a largo plazo. Su destrucción conduce al inicio o empeoramiento de otras enfermedades como la obesidad, hígado graso, diabetes tipo II, ateroesclerosis, cáncer y enfermedades intestinales inflamatorias.
Por otra parte el estudio mostró que era posible la regeneración del tejido epitelial una vez que se dejaba de usar el cigarrillo electrónico. A pesar de esto, daños más graves en otros órganos como el corazón o el cerebro serían irreversibles.
El efecto de otros compuestos como la nicotina no fueron analizados
Para llevar a cabo esta investigación se empleó un modelo tridimensional del intestino. Este se creó empleando células extraídas a pacientes mediante una biopsia con las que se formó un modelo del epitelio. Después se simuló lo que ocurriría al consumir un cigarrillo electrónico de la misma forma que lo haría un fumador crónico. Fue tras esta exposición cuando se observó degradación de la barrera intestinal y la consiguiente inflamación.
Aunque estos resultados arrojan luz sobre nuevos efectos negativos de los cigarrillos electrónicos, no tuvieron en cuenta otras muchas sustancias que están presentes en ellos. Por ejemplo, no se valoró la acción de la nicotina y ni otros aditivos usados para dar sabor, por lo que sería necesario hacer otros análisis complementarios.
Además, el modelo intestinal propuesto por los investigadores carece de células del sistema inmunitario, que también afectan de manera importante al proceso inflamatorio. Por este motivo, los daños reales podrían ser incluso mayores que los observados.
REFERENCIA
E-cigarettes compromise the gut barrier and trigger inflammation