El Peugeot 408 se da a conocer tras una propuesta que inicialmente algunos consideraron demasiado arriesgada

Aurélie Bresson es una de esas mujeres que suelen persistir en su empeño. Responsable de Producto en Stellantis, consorcio al que pertenece Peugeot, vio cómo en 2015 se firmaba en su empresa una declaración de intenciones para fabricar un nuevo coche. Se trataba de un modelo insólito en Peugeot, alejado de los descafeinados SUV que conquistaban a los consumidores en la década pasada. Cuatro años de incertidumbre tuvo que esperar Bressson para ver cómo el proyecto P54 daba los primeros pasos. Fue entonces cuando se valoró la viabilidad comercial e industrial de este vehículo que ni es un SUV, ni una berlina, ni un familiar, sino…

Fastback, así es como lo define la marca. La posición de conducción es más baja que la de los Sport Utility Vehicle pero no tanto como la de una berlina; los hombros son muy musculosos; la zaga se ha ensanchado para disminuir la resistencia al aire; y tiene más altura que un sedán, pero menos que un SUV. En total, 16 cm más bajo que un Sport Utility Vehicle medio, mucho para un coche. ¿Cuestión de eficiencia energética? No solo. La elegancia se suele perder cuanto más altos son los automóviles.

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El interior del Peugeot 408 es muy futurista.

Los fastback se caracterizan porque la parte trasera desciende de forma muy acusada. Alcanzaron gran popularidad en los años 70 y 80. Pero Peugeot, 50 años antes, ya vio que había un público para este nuevo tipo de carrocerías. El Peugeot 201D de 1935, con una revolucionaria silueta para el momento y la rueda de repuesto integrada en el portón del maletero, rompió unos moldes que ahora el P54, ya bautizado como Peugeot 408, reinterpreta gracias a los esfuerzos de Aurélie Bresson y los visionarios que participaron en la iniciativa.

El Peugeot 201D fue el precursor de un concepto de carrocería que hoy se denomina fastback.

Un cambio de planes

Los primeros modelos en arcilla del P54 se fabricaron en 2018. No pintaban nada mal. Entonces todavía se pensaba que el vehículo formaría parte de la familia 308. El código alfanumérico asignado por Peugeot delataba esas intenciones. Ya se había asignado el identificativo P51 al 308 sedán; P52, al Station Wagon. Al nuevo concepto que se estaba desarrollando, con una longitud de 4,69 cm, se lo llamó P54 y debía derivar en un modelo que se comercializaría bajo el nombre de 308 Cross. Pero algo cambió por el camino. Los primeros diseños eran atrevidos, provocadores… Enseguida el P54 se independizó y adquirió personalidad propia y el nombre de 408.

El cambio de estrategia a mitad del recorrido fue la causa de ciertas similitudes. Correspondía al disruptivo Peugeot 408 estrenar un cuadro de instrumentación vanguardista diseñado específicamente para él. La oportunidad de implementar algo tan diferente en el 308 –que se lanzó el año pasado al mercado mientras que el 408 lo hará a primeros del que viene– era demasiado tentadora como para que los responsables de Peugeot dejaran pasar la oportunidad. El 308 se adjudicó la primicia.

Un modelo con una base sólida

Ambos vehículos también utilizan la misma plataforma, la EMP2 (Efficient Modular Platform) del grupo Stellantis. Es una estructura diseñada para automóviles compactos y medianos con tracción delantera o a las cuatro ruedas y motor transversal. Pesa 70 kg menos que la que empleaba el Peugeot 307. La utilizan también otros coches del grupo Stellantis, pero en el 408 servirá inicialmente para albergar dos versiones híbridas enchufables de 180 y 225 CV y otra de gasolina de 130 CV, todas con tracción delantera. Más adelante habrá un eléctrico 100%, pero Peugeot mantiene sus detalles tan en secreto como lo ha hecho durante siete años con el proyecto P54.

Ahora, aunque faltan algunos meses para que el 408 empiece a venderse, sí se sabe que contará con una caja automática EAT8 (Efficient Automatic Transmission) de ocho velocidades. Atrás quedaron aquellos primeros proyectos de cambios automáticos de hace un siglo. Entonces, el ingeniero canadiense Alfred Horner Munro trataba de impresionar al mundo con un prototipo que utilizaba aire comprimido para realizar los cambios. No triunfó, pero sentó las bases de los actuales sistemas hidráulicos y de su progresiva eficiencia. La EAT8 reduce el consumo en un 7% respecto a la EAT6 (seis velocidades) y logra minimizar los vacíos de potencia que antes se producían entre los cambios de marcha.

Misión cumplida

Hoy Aurélie Bresson respira más tranquila porque el P54, el Peugeot 408 es una realidad con carácter singular, con ese que le da una carrocería rupturista, ciertos detalles en negro, llantas redondas que parecen cuadradas y una parrilla sin principio ni final. Quizá el Peugeot 408 inicie un cambio de tendencia en lo que a diseño de coches se refiere. De momento, este proyecto en el que pocos creyeron ha logrado lo que nadie esperaba, remover en su asiento a más de un competidor.