El telescopio espacial James Webb captura con su cámara de infrarrojo cercano espectaculares imágenes de Urano en las que se distinguen sus anillos y casquetes polares
Puede que Saturno sea el planeta de nuestro Sistema Solar más conocido por sus espectaculares anillos, pero no es el único planeta adornado de esta forma. El gigante helado Urano también tiene un sistema de 13 anillos anidados. Once de ellos (nueve anillos principales y dos anillos de polvo más débiles) son claramente visibles en la espectacular imagen recién enviada por el telescopio espacial James Webb de la NASA. Se esperan nuevas imágenes que revelarán los dos anillos exteriores restantes, descubiertos con el telescopio espacial Hubble en 2007.
«Urano nunca ha tenido mejor aspecto. De verdad», tuiteó la NASA. «Sólo Voyager 2 y Keck (con óptica adaptativa) han podido mostrado los anillos más débiles del planeta antes, y nunca tan claramente como el primer vistazo de Webb a este gigante de hielo, que también destaca las características atmosféricas brillantes».
El telescopio Webb se lanzó en diciembre de 2021 y, tras un suspenso despliegue del parasol y el espejo durante varios meses, comenzó a capturar imágenes impresionantes. Primero fue la imagen de campo profundo del Universo, publicada el pasado julio. Le siguieron imágenes de atmósferas de exoplanetas, la nebulosa del Anillo Sur, un cúmulo de galaxias en interacción llamado Quinteto de Stephan y la nebulosa Carina, una región de formación estelar a unos 7.600 años luz de distancia. Al parecer, estas imágenes hicieron llorar a los astrónomos.
El pasado mes de agosto, recibimos magníficas imágenes de Júpiter, incluidas las auroras en ambos polos, resultado del potente campo magnético de Júpiter, así como sus finos anillos y dos de las pequeñas lunas del gigante gaseoso. Un mes más tarde, un mosaico de imágenes mostró un panorama de formación estelar que se extiende a lo largo de 340 años-luz en la nebulosa de la Tarántula, llamada así por sus largos y polvorientos filamentos. También pudimos disfrutar de espectaculares imágenes de Neptuno y sus anillos, que no se habían observado directamente desde que Voyager 2 pasó por el planeta en 1989.
En octubre, el telescopio Webb nos regaló una nueva imagen espectacular de los Pilares de la Creación, sin duda la imagen más famosa tomada por su predecesor, el telescopio espacial Hubble, en 1995. Y al mes siguiente, el telescopio proporcionó a los astrónomos nuevas pistas sobre la formación de una nueva estrella, con una impresionante imagen de una nube oscura en forma de reloj de arena que rodea a una protoestrella, un objeto conocido como L1527.
Urano es el único planeta de nuestro Sistema Solar que se inclina casi 90 grados sobre su lado mientras orbita, por lo que sus anillos están en vertical respecto al plano de la órbita. Esta inclinación única da lugar a estaciones más extremas: 42 años de luz solar y 42 años de oscuridad a lo largo de su órbita de 84 años alrededor del Sol.
La imagen del Webb también capta un sutil brillo en el centro del casquete polar septentrional del planeta orientado hacia el Sol, así como un par de nubes brillantes que probablemente sean el resultado de la actividad tormentosa. Los datos recogidos por el telescopio Webb deberían ayudar a resolver el misterio de por qué este casquete polar aparece bajo la luz solar directa del verano pero desaparece en otoño.
Estos rasgos polares realzados no habían sido vistos anteriormente por otros telescopios potentes como el Hubble o el Observatorio Keck. Pero el principal generador de imágenes del Webb, la Cámara del Infrarrojo Cercano (NIRCam), es muy adecuada para captar imágenes de objetos muy débiles. Los coronógrafos de la NIRCam bloquean la luz procedente de los objetos más brillantes que se encuentran en las proximidades, de forma parecida a como protegerse los ojos de la luz solar nos ayuda a concentrarnos en la escena que tenemos delante. Por ello, NIRCam posee una mayor sensibilidad y la capacidad de «ver» longitudes de onda más largas.