Cuando en 2018 Seat anunció la creación de la marca Cupra pocos creyeron que aquello tendría recorrido. Hoy el Cupra Terramar, tras algunos lanzamientos singulares por parte de la marca como el Born, certifica que Cupra es algo más que una veleidad de unos cuantos ejecutivos

La estadounidense Ursula K. Le Guin describió en la serie de novelas fantásticas un mundo cubierto por agua en el que la única tierra era un archipiélago. El Cupra Terramar que ahora se lanza también hace un guiño al mar, pero lanzando la versión especial Cupra Ocean Race, vinculada a una de las competiciones de velero más importantes del mundo, la America’s Cup.

Pero el nombre de Terramar significa para Cupra mucho más que una obra de ficción. Es el circuito de carreras donde nació la firma. Allí, en este trazado barcelonés, es donde se dio el pistoletazo de salida a una marca en lo que no todo el mundo creía. Definir hoy al Cupra Terramar, su último modelo, no es del todo fácil. Llega con una carrocería deportiva tipo SUV y una longitud de poco más de 4,5 metros que, en principio, podría competir con el BMW X1, el Audi Q3 y el Mercedes GLA. Pero Cupra es otra cosa. Y el Terramar, más. Es pasión, adrenalina, diferenciación, atrevimiento…

Entre tiburones anda el juego

Conserva muchos de los elementos típicos de la casa como un frontal que recuerda a la nariz de un tiburón y la deportividad que destilan todos los modelos de la casa. El puesto de conductor está orientado hacia el conductor y, como es habitual en todos los automóviles que se lanzan en la actualidad, hay una clara apuesta por la tecnología. La pantalla de 12,9 pulgadas es una muestra de ello, pero no la única. Cuenta con un Head-up Display que proyecta la información en el parabrisas, directamente en la línea de visión del conductor y un equipo de sonido Sennheiser con doce altavoces.

De casta le viene al galgo

El Cupra Terramar tiene muchas singularidades, pero también muchas similitudes con otros modelos del grupo Volkswagen al que pertenece. En primero lugar, la plataforma sobre la que está montado, la MQB Evo. Se diseñó está estructura en 2019 y desde entonces sobre ella se han construido coches como el Skoda Kodiaq Mk2, el Volkswagen Tiguan Mk3 o el Cupra Formentor. También coincide con el Audi Q3 en las líneas de montaje que el grupo tiene en la fábrica Györ (Hungría). El cambio DSG de doble embrague y siete velocidades es también seña de identidad de la casa desde que en 2023 lo incorporara por primera vez el Volkswagen Golf R32 (MK4) y tampoco sorprende la palanca de accionamiento del cambio situada en el volante, una solución que ya se vio en la gama ID de VW. Aun así, el Cupra Terramar no se parece a ninguno de ellos porque su intención es emocionar desde el principio. Y para ello cuenta con suspensión deportiva, dirección progresiva y control de chasis adaptativo.

No busques un diésel

El Cupra Terramar está disponible con un motor de gasolina TSi de 2.0 litros de 204 caballos en su versión menos potente y de 265 en el acabado VZ (de Veloz). En ambos casos lleva la tracción integral 4Drive.

También se ofrece con tecnología mild hybrid eTsi compuesta por un generador y una batería de 48 v que se combina con un motor de gasolina 1.5 de 150 caballos.

La guinda del pastel es el e-Hybrid, 1.5 TSi  híbrido enchufable (etiqueta cero) disponible con dos potencias: 204 CV la más básica y 272 la asociada al acabado VZ. Admite cargas hasta de 50 kW y puede llegar a tener una autonomía de 100 km en modo solo eléctrico. A partir de ahí funciona con gasolina.

El Cupra Terramar está disponible a partir de 41.190 euros.