Factores como obesidad y diabetes afectan más a los hombres de 55 a 74 años, según un estudio reciente, lo que determina su riesgo de declive cerebral

El deterioro cognitivo, incluyendo enfermedades como el Alzheimer, a menudo se asocia con factores de riesgo cardiovasculares como la obesidad, diabetes tipo 2 y presión arterial alta. Estos factores afectan las estructuras cerebrales esenciales para funciones como la memoria y las emociones. El gen APOE ε4 se relaciona con un mayor riesgo de demencia, pero este estudio señala que el daño cerebral ocurre incluso en quienes no lo portan.

Un estudio publicado en el Journal of Neurology Neurosurgery & Psychiatry demuestra que los hombres con factores de riesgo cardiovascular, como obesidad y diabetes, sufren un deterioro cerebral significativo entre los 55 y 74 años, una década antes que las mujeres con las mismas condiciones, quienes son más vulnerables entre los 65 y 74 años.

Los investigadores analizaron datos de 34,425 participantes del Biobanco del Reino Unido, con edades entre 45 y 82 años (promedio de 63). Utilizaron la puntuación de riesgo de Framingham para evaluar la salud cardiovascular y una técnica de neuroimagen llamada morfometría basada en vóxeles (VBM) para medir los cambios en la estructura cerebral.

Los resultados mostraron que niveles altos de grasa abdominal y visceral se asociaron con menor volumen de materia gris en hombres y mujeres, pero los hombres experimentaron estos efectos una década antes. Este deterioro cerebral, que afecta especialmente los lóbulos temporales, se produce en forma de curva en bell, con mayor impacto entre las edades mencionadas y menos susceptibilidad antes de los 55 y después de los 75 años.

Las regiones más afectadas

Los lóbulos temporales, críticos para el procesamiento auditivo, visual, emocional y la memoria, son las áreas más afectadas. Estas regiones suelen ser las primeras en mostrar deterioro en la demencia, incluida la enfermedad de Alzheimer.

Los investigadores destacaron que los efectos eran similares tanto en quienes portaban el gen APOE ε4 como en quienes no lo hacían, indicando que los factores cardiovasculares tienen un impacto generalizado en las funciones cognitivas.

Recomendaciones y limitaciones

El estudio subraya la necesidad de abordar los factores de riesgo cardiovascular, especialmente en hombres menores de 55 años, para prevenir la neurodegeneración y condiciones como el Alzheimer. También menciona la posibilidad de reutilizar tratamientos para obesidad y diabetes tipo 2 en la lucha contra estas enfermedades neurodegenerativas.

Sin embargo, como estudio observacional, no establece causalidad directa. Los investigadores reconocen limitaciones, como la falta de biomarcadores específicos para el Alzheimer y la dificultad de separar el envejecimiento cerebral normal del daño causado por el riesgo cardiovascular.

Explicaciones biológicas

Entre las posibles causas del daño neuronal destacan la inflamación, la resistencia a la insulina y leptina, y el deterioro de la barrera hematoencefálica. Estas condiciones están relacionadas con la obesidad y enfermedades cardiovasculares, lo que refuerza la importancia de tratar estos factores tempranamente.

El estudio concluye que priorizar la intervención en hombres una década antes que en mujeres podría ser crucial para prevenir el deterioro cognitivo y la neurodegeneración, además de reducir riesgos de eventos cardiovasculares como infartos y accidentes cerebrovasculares.

REFERENCIA