Un gel que cambia de color basado en bacteriófagos permite detectar bacterias sin necesidad de laboratorio, lo que puede mejorar la seguridad alimentaria y en el hogar

La detección de bacterias es crucial para prevenir enfermedades y garantizar la seguridad alimentaria. Los bacteriófagos, virus especializados en atacar bacterias específicas, son herramientas biológicas únicas en biotecnología. En este nuevo método, se emplean para reconocer patógenos, liberar biomoléculas y activar un cambio de color en un gel especial, lo que simplifica los diagnósticos en múltiples escenarios.

Detectar bacterias nunca fue tan sencillo

Un equipo de investigadores de la Universidad McMaster ha desarrollado un test revolucionario para detectar bacterias en fluidos de forma rápida y sin necesidad de laboratorios avanzados. El sistema utiliza un gel biológico que cambia de color al entrar en contacto con patógenos como E. coli y Listeria, ofreciendo una alternativa simple y efectiva para detectar contaminaciones en agua, leche o muestras de orina.

El componente clave del test son los bacteriófagos, diminutos virus especializados en infectar bacterias. Estos organismos, comunes en la naturaleza, han sido estudiados por su capacidad de destruir bacterias, pero en este caso, se emplean para provocar una reacción química que desencadena el cambio de color en el gel.

¿Cómo funciona el test?

  1. Inserción de la muestra: Se introduce un fluido como orina, agua o leche en el gel especial.
  2. Acción de los bacteriófagos: Si están presentes las bacterias objetivo, los bacteriófagos las infectan y las rompen, liberando componentes internos de las bacterias.
  3. Cambio de color: El gel detecta estas moléculas y cambia de color para indicar la presencia de bacterias.

Este proceso es rápido, ya que ofrece resultados en pocas horas, en comparación con los días que requieren los cultivos tradicionales de laboratorio.

Aplicaciones prácticas

La simplicidad y rapidez del test lo convierten en una herramienta versátil para múltiples escenarios:

  • Diagnósticos médicos: Por ejemplo, detectar infecciones urinarias en casa, evitando visitas al médico y largas esperas.
  • Seguridad alimentaria: Identificar contaminaciones en productos como leche o alimentos procesados.
  • Control ambiental: Comprobar la calidad del agua en lagos o sistemas no municipales.

El equipo de McMaster probó el test con éxito en muestras de orina de pacientes y agua contaminada con E. coli, obteniendo resultados equivalentes a los métodos tradicionales. Además, el sistema puede adaptarse para detectar bacterias específicas como salmonella y otros patógenos peligrosos.

Un futuro prometedor

El test tiene un potencial significativo para prevenir brotes como el reciente caso de contaminación con listeria en Canadá, donde dos personas fallecieron y otras diez se enfermaron por productos contaminados. Según los investigadores, este tipo de tecnología podría ser clave para detectar problemas antes de que escalen en crisis de salud pública.

“Una de las ventajas de este método es su simplicidad: si tienes algo en tu nevera que te preocupa, este test te dirá si es seguro consumirlo”, explica Akansha Prasad, una de las autoras del estudio.

El equipo planea trabajar con socios comerciales para llevar esta tecnología al mercado. Su objetivo es proporcionar una herramienta accesible para comunidades sin acceso a agua potable segura y para consumidores preocupados por la seguridad alimentaria.

Con un enfoque en la practicidad y la precisión, este avance es un paso importante hacia diagnósticos más accesibles y rápidos, transformando la forma en que detectamos bacterias en nuestra vida diaria.

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