Los aviones vuelan más rápido hacia el este que hacia el oeste a causa de la corriente en chorro. Se trata de un flujo de aire que recorre el planeta hacia oriente a una gran altura, y que empuja a los aviones que viajan en ese mismo sentido, mientras dificulta su avance en el contrario.
Por eso los pilotos buscan la ayuda del fenómeno atmosférico cuando van de América a Europa y evitan toparse con él cuando hacen el trayecto inverso, lo que redunda en una diferencia considerable en los tiempos que necesitan para salvar la misma distancia.
La corriente en chorro supera los 160 kilómetros por hora, pero puede llegar a alcanzar más del doble, por lo quela duración de este viaje también puede variar mucho. El récord de un avión comercial común de Nueva York a Londres es de 5 horas y 13 minutos, lo que supone unas dos horas menos de lo normal.
Redacción QUO