El Very Large Telescope, uno de los instrumentos más precisos que existen para estudiar el universo, ha permitido a un equipo del Netherlands Institute for Radio Astronomy, captar esta impresionante imagen.
Lo que muestra es una estructura de polvo y gas girando en forma de espiral, en torno a un sistema masivo formado por tres estrellas. Y se da el caso de que dos de ellas se han convertido en lo que se conoce como estrellas de Wolf-Rayet, objetos estelares muy calientes que han llegado al final de sus vidas, y que sufren grandes pérdidas de masa debido a intensos vientos estelares. Los puntos brillantes que se ven en la imagen son dos de las estrellas. La tercera permanece invisible.
Eso significa que en unos pocos cientos de miles de años (un espacio de tiempo muy corto en términos cósmicos), esas estrellas explotarán, dando lugar a lo que se conoce como ráfaga de rayos gamma de larga duración (GBR), que es uno de los tipos de explosiones más potentes que se producen en el universo.
Y debido a que la forma de este sistema estelar giratorio recuerda a una serpiente cósmica, los investigadores lo han bautizado con el nombre de Apep, deidad egipcia (también conocida como Apofis), que era considerada la encarnación del caos, y a la que se representaba con la forma de una serpiente gigantesca.
Los autores del descubrimiento explican que es la primera vez que se observa este suceso astronómico dentro de nuestra propia galaxia. Pero, ¿podría ser peligrosa para nuestro planeta la explosión que se producirá en el futuro? Todo podría ser. Los científicos recuerdan que hay teorías que sugieren que la llamada extinción masiva del Ordovícico-Silúrico (la segunda mayor que ha sufrido el planeta, y que se produjo hace unos 450 millones de años), pudo estar causada por una de estas explosiones cósmicas, que irradió la Tierra.
Aterrador.
Fuente: Nature astronomy.
Vicente Fernández López