El Australopithecus afarensis, un homínido del Plioceno que vivió en el este de África hace 4 millones de años (cuyo ejemplar más conocido es Lucy), se alimentaba de frutos ricos en azúcares, semillas, raíces, tubérculos y cortezas 

Para conocer este menú, un equipo de la Unidad de Antropología del Departamento de Biología Animal de la Universidad de Barcelona (UB) ha analizado la dentición postcanina del afarensis

Lucy, bautizada así por una canción de los Beatles (Lucy in the Sky With Diamonds), es un esqueleto bien conservado de una  hembra  de Australophitecus y, tras su descubrimiento en 1974, ha estado situada en el centro de las polémicas apasionadas que sostienen antropólogos, paleontólogos y biólogos moleculares sobre el origen evolutivo del hombre, su proceso de hominización, el papel desempeñado en ello por el desarrollo cerebral, y el momento en que empezamos a caminar de forma bípeda.

Según Ferrán Estebaranz, primer autor de esta investigación, publicada en el Journal of Human Evolution “el patrón de microestriación del afarensis muestra claras similitudes con los de especies Hominoidea actuales, como los gorilas de Camerún.”

El estudio, bajo la dirección del profesor Alejandro Pérez-Pérez, apunta que, aunque el A. afarensis vivió en ambientes diferentes, su dieta es homogénea, lo que indica que eran capaces de buscar y seleccionar sus recursos favoritos en diversos entornos ecológicos. Además, su dieta no varió a lo largo del tiempo a pesar de la aridificación progresiva que sufrió el este de África hace entre 4 y 3 millones de años.

Así, su dieta se basaría principalmente en frutos ricos en azúcares, aunque, durante la época desfavorable, debían alimentarse primordialmente de recursos pobres energéticamente pero muy abundantes, como semillas, raíces, tubérculos o cortezas ». Tal y como apunta el estudio, aunque el A. afarensis vivió en ambientes diferentes, su dieta es homogénea, lo que indica que estos homínidos eran capaces de buscar y seleccionar los recursos favoritos en diversos entornos ecológicos. Además, la dieta del A. afarensis, según se desprende del análisis del patrón de microestriación, no varió a lo largo del tiempo a pesar del aridificació progresiva que sufrió el este de África hace entre 4 y 3 millones de años.

El estudio publicado se enmarca en un amplio proyecto que pretende caracterizar la dieta y las adaptaciones ecológicas de los homínidos del Pliopleistoceno del este de África. En este sentido, cabe destacar que, recientemente, la investigadora Laura M. Martínez ha participado en el segundo Congreso de la Asociación de Paleoantropología y Paleontología del este de África (East African Association for Paleoanthropology and Paleontology – EAAPP), que tuvo lugar en Arusha (Tanzania), donde ha presentado los resultados de la reconstrucción ecológica y las adaptaciones tróficas de Homo habilis, Homo ergaster y Paranthropus boisei, así como de A. afarensis.

Redacción QUO