Hay que remontarse a 1924 para encontrar que fue un acuerdo entre el Observatorio de Greenwich (Reino Unido) y la emisora BBC. Dicho observatorio velaba por la hora oficial del país, cosa muy importante para sincronizar la navegación de los barcos. Pero esta institución no tenía medios técnicos para hacer llegar la hora a todos los interesados, así que uno de sus físicos sugirió que la BBC podría ocuparse de ello radiando cinco pitidos cortos y uno largo cada hora en punto.
A su vez, la radio lograba cuadrar la duración de sus programas. Fue en la Segunda Guerra Mundial cuando la costumbre se extendió, en parte debido a un malentendido. Dos pitidos cortos y uno largo significan una V en morse, así que se pensó que los tres últimos aludían a la palabra “victoria”.
Enviada por Sergio García, correo electrónico
Redacción QUO