Durante mucho tiempo se ha pensado que la tendencia de utilizar con preferencia una sola mano era característica solo del ser humano. La explicación: sólo nosotros destinamos cada hemisferio cerebral a unas tareas específicas. Como el procesamiento lingüístico tiene lugar en la mitad izquierda, es lógico que esta esté más desarrollada y que la mano que controla, la derecha sea la más hábil en la mayoría de las personas.
Sin embargo, en los últimos años muchas investigaciones han demostrado que otros vertebrados (peces, reptiles, aves, cetáceos, etc.) también presentan lateralización cerebral. En el caso clave de nuestros primos los primates, existían experimentos que mostraban que son diestros, pero siempre se habían realizado en cautividad, por lo que una parte del mundo científíco les restaba validez.
Ahora un grupo de investigadores de cuatro instituciones (Fundación Mona, Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social, Universidad Rovira i Virgili y Universidad de Barcelona) ha aportado la prueba definitiva. Tras observar a 114 chimpancés en ambientes naturalizados de los Centros de Recuperación de Primates de Chimfunshi (Zambia) y de Riudellots de la Selva (Girona) han concluído que ellos también tienden a utilizar más una mano que la otra. Y, al igual que nuestra especie, hay más machos zurdos que hembras.
Esto demuestra que “las raíces evolutivas de esta característica ‘tan humana’, según algunos, serían mucho más profundas de lo que hasta ahora se pensaba. Su aparición se situaría en hace al menos 6 o 7 millones de años, fecha en que se produjo la divergencia entre chimpancés y homínidos”, según Miquel Llorente, responsable del proyecto. Y además queda claro que “lo que explica nuestra asimetría manual no es el lenguaje”.
Habrá que seguir buscando por otro lado eso que nos hace tan únicos.
Pilar Gil Villar