Su primer trabajo por la física

Cuando tan solo era un empleado de la Oficina de Patentes de Berna (Suiza), Albert Einstein presentó su primer artículo revolucionario en la revista Annalen der Physik. Fue el primero de sus artículos sobre física: su teoría de la relatividad especial. En un marco teórico muy sencillo sustentado en postulados, conceptos y fenómenos físicos simples, que ya habían sido analizados anteriormente por Hendrik Lorentz o H. Poincaré. El breve trabajo publicado se tituló bajo el nombre: «¿Depende la inercia de un cuerpo de su contenido energético?«.

La teoría surgió tras observar que la velocidad de la luz en el vacío, es igual en absolutamente todos los sistemas de referencia inerciales. También sacó todas las consecuencias del principio de relatividad de Galileo, el que afirma que cualquier experiencia hecha en un sistema de referencia inercial, se desarrollará de manera idéntica en cualquier otro sistema inercial.

Albert Einstein concluye en su trabajo, que si un determinado cuerpo desprende luz de energía L, la masa del cuerpo debería disminuir en L/c2, proponiendo una forma de verificación utilizando un elemento radiactivo. Gracias a esta célebre publicación científica, se llegó a la fórmula más célebre de la historia de la ciencia. Se la conoce como «Principio de equivalencia entre masa y energía» [E = m c2 ].

Einstein y su especial «coherencia»

Gracias a esta teoría especial del alemán, se establecieron nuevas ecuaciones que permitían poder pasar de cierto sistema inercial a otro distinto. Dichas ecuaciones, dirigen a fenómenos que chocan frontalmente con la coherencia y el sentido común.

Uno de los más sorprendentes y asombrosos es la llamada paradoja de los gemelos, un experimento mental en el que su fin es analizar la distinta percepción del tiempo entre dos observadores con diferentes estados de movimiento, lo que está directamente relacionado con que en la teoría de la relatividad, las medidas de tiempo y espacio son relativas (en ningún caso absolutas) porque dependen directamente del estado de movimiento del observador.

Redacción QUO