Es el director de innumerables películas taquilleras como Terminator, Titanic o Avatar, y bien conocido por ir siempre más allá en la creación de efectos especiales, animaciones 3D y recreaciones futuristas que van más allá de la imaginación mundana. James Cameron, también guionista y productor, ha ido demasiado lejos con su último proyecto.

La NASA, tras muchas dudas y no pocas reuniones, ha descartado la idea de montar dos cámaras 3D de Cameron en el rover destinado al planeta Marte. Según parece, a los jefes de la agencia les comenzaron a surgir dudas sobre el proyecto tras enterarse de la reputación popular del director para ir muy por encima del presupuesto y con problemas añadidos de plazos y tiempos. Según un informe publicado en The Independent, alegaron que no estaban suficientemente seguros de que las cámaras del imaginativo director pudieran estar en funcionamiento para en las fechas previstas para la misión (a finales de este año).

Cameron puso el proyecto en marcha hace varios años con una empresa de tecnología que tiene su sede en San Diego. En el año 2007, redujo su contribución cuando los costes comenzaron a crecer, además de empezar con sus conocidos retrasos en los plazos. A pesar de ello, el director fue invitado a participar de nuevo en abril del año pasado, teniendo de su parte a la agencia espacial quién en su día, consideró que era una gran idea y bautizó el proyecto bajo el nombre de Curiosity.

Todos consideraron que sería una gran idea. De siempre, a todos nos han impactado las imágenes que vienen de la NASA y nos muestran ese espacio tan desconocido. La idea de hacerlo en 3D, se consideró que podría ser ideal para acercar aún más al público a los proyectos de la agencia. Pero el «disco rayado» hizo su peculiar crujido y la canción dejó de sonar. Ahora los aficionados tendrán que conformarse con ver el planeta desde cámaras fijas, una experiencia visual sin duda inferior a la que en un principio se preveía.

La agencia ya ha gastado un importante presupuesto para la expedición de Marte, por lo que existe también cierta presión por recortar gastos. Habrá que esperar pues, para ver Marte en 3D.

Redacción QUO