Hasta que llegó Dennis Tito, cualquiera que se embarcara en una nave espacial gozaba del estatus de “enviado de la Humanidad”. Esta calificación convierte a los astronautas en una suerte de diplomáticos. Los estados que han ratificado el Tratado del Espacio Exterior deben hacer lo imposible por rescatarles en situaciones de peligro, y si alguna vez meten la pata en el desarrollo de su trabajo, será la agencia o el estado que los envió quienes asuman la responsabilidad por las consecuencias. Pero el 8 de abril de 2001, el millonario estadounidense partió como primer civil hacia la Estación Espacial Internacional. Y con su viaje abrió un encendido debate entre los especialistas en derecho ultraterrestre: ¿cómo hay que considerar a estos visitantes??¿Quién se responsabiliza de sus posibles imprudencias en naves delicadas y carísimas??¿Quién ha de salvarlos si hace falta??Pues hasta que el tema se resuelva, ellos son también “enviados de la Humanidad”.
Redacción QUO
La clave está en cuánto somos capaces de predecir de la pieza, y hasta qué…
Un nuevo estudio prevé un fuerte aumento de la mortalidad relacionada con la temperatura y…
Los investigadores ha descubierto un compuesto llamado BHB-Phe, producido por el organismo, que regula el…
Un nuevo estudio sobre la gran mancha de basura del Pacífico Norte indica un rápido…
Una nueva teoría que explica cómo interactúan la luz y la materia a nivel cuántico…
Pasar dos horas semanales en un entorno natural puede reducir el malestar emocional en niños…