El telescopio Hubble ha sido forzado al límite y ha logrado lo que se suponía era imposible: detectar una galaxia a 13.400 millones de años luz.
El año luz no es una medida de tiempo, sino de distancia, la que recorre la luz en ese lapso. Así, cuando los astrónomos hablan de estrellas o galaxias a tantos años luz, esta distancia está relacionada con el tiempo que tarda la luz de estos cuerpos en llegar a nosotros. Si tenemos en cuenta que el universo se formó hace 13.800 millones de años aproximadamente, encontrar una galaxia a 13.400 millones de años luz, es hallar una que se formó apenas 400 millones de años después del Big Bang, probablemente la primera generación de galaxias en la historia del cosmos. Su nombre es GN-z11.
“Hemos dado un paso enorme hacia el pasado – explica Pascal Oesch, de la Universidad de Yale – de un modo que jamás esperamos lograr con el Hubble. Logramos encontrar medir la distancia a una galaxia que se formó cuando el universo tenía apenas un 3% de su edad actual”.

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Por si fuera poco GN-z11 esconde varios enigmas: si bien es 25 veces más pequeña que la Vía Láctea y tiene un 1% de la masa, medida en estrellas, de nuestra galaxia, está formando estrellas a un ritmo 20 veces mayor que la Vía Láctea.
Otra incógnita tiene relación con que la teoría no predecía la existencia de galaxias tan grandes y brillantes tan pronto en la historia del cosmos. “Es sorprendente que una galaxia tan masiva se formó 200 o 300 millones de años después que las primeras estrellas comenzaran a formarse”, explica Garth Illingworth, de la Universidad de California y coautor del estudio que se publicará en Astrophysical Journal.

El presente artículo se ha hecho con información provista por la ESA.

Juan Scaliter