La superficie de Saturno es seca. Sin embargo, en las zonas altas de su atmósfera se acumula vapor de agua, cuya procedencia consitutía uno de los grandes interrogantes del Sistema Solar.
La respuesta acaba de llegar tras el análisis de unas imágenes tomadas por el telescopio espacial Herschel: quien moja a Saturno es Encélado, uno de sus siete satélites. Desde la región conocida como Rayas de Tigre de su polo sur surgen una serie de chorros de agua que liberan unos 250 kg de vapor de agua por segundo. Parte de la misma se pierde en el espacio, otra porción se convierte en hielo que pasa a formar parte de los característicos anillos del planeta, y entre un 3 y un 5% termina rodeándolo, como una especie de flotador húmedo que lo abrazara.
Esta formación, que se extiende hasta una distancia equivalente a diez veces el radio de Saturno, sería invisible para nuestros ojos, pero no para las cámaras de infrarrojos del Herschel que lo han puesto de manifiesto en observaciones realizadas en 2009 y 2010. La evaluación de sus datos, dirigida por Paul Hartogh, del Instituto Max-Planck para la Investigación del Sistema Solar, ha sido publicada en la revista Astronomy and Astrophysics.
El descubrimiento de este proceso supone el primer caso conocido en el Sistema Solar de un satélite cuya actividad influye en la composición química del planeta que orbita.
Pilar Gil Villar