“La primera vez que me encontré con Stephen Hawking me quedé impresionado por su extraordinario poder y su vulnerabilidad». Así empieza el prólogo del último libro de Hawking, Breves respuestas a las grandes preguntas. ¿Quién escribió estas palabras? Nada menos que Eddie Redmayne, el actor británico que interpretó la vida del último genio de la ciencia, en la película La teoría del todo.
La introducción, por otra parte, es obra de Kip S. Thorne, Nobel de Física en 2017 y uno de los mayores expertos en agujeros negros.
El libro, de “apenas” 200 páginas gira alrededor de 10 preguntas permanentes en la ciencia actual:
1) ¿Hay un dios?
2) ¿Cómo empezó todo?
3) ¿Hay más vida inteligente?
4) ¿Podemos predecir el futuro?
5) ¿Qué hay dentro de un agujero negro?
6) ¿Es posible viajar en el tiempo?
7) ¿Sobreviviremos en la Tierra?
8) ¿Deberíamos colonizar el espacio?
9) ¿Nos sobrepasará la inteligencia artificial?
10) ¿Cómo damos forma al futuro?
Quien nos da razones para no dejar pasar este libro es Juan Ángel Vaquerizo, astrofísico del Centro de Astrobiología, CAB y coordinador del área de cultura científica.
“Conociendo a este hombre y sabiendo que había llegado a un punto de no retorno, lo que escribe es algo rompedor – nos explica Vaquerizo en conversación telefónica –. Son diez preguntas y unas 200 páginas. El libro es curioso ya que él era muy escéptico respecto a la raza humana. Las proyecciones serán positivas, pero no tanto en lo relacionado con los humanos y nuestro futuro”.
Cuando le preguntamos a Vaquerizo por qué es importante leer a Hawking y en particular este libro, su respuesta es inequívoca. “Yo creo que es uno de los últimos genios – señala Vaquerizo –, es vedad que puede tener cambios radicales de pensamiento, pero siempre merece la pena porque es un visionario. Es, en cierto sentido, como Julio Verne. El libro podría interpretase como un testamento. Puede que nunca sepamos cuánto es de él y cuánto de su equipo ya que el libro estaba escrito, pero no terminado. Las preguntas son profundas, están en la frontera del conocimiento, él se ha colocado justo en el límite y ha mirado y cuando hablamos de personas con esa capacidad, siempre merece la pena leerlas”.