Durante décadas, los programas de mejora del ganado se han centrado en promover el rápido crecimiento de los animales, pero ahora, el objetivo es mejorar otros rasgos, como una carne más tierna.

Investigadores de la Universidad Estatal de São Paulo (UNESP) en Brasil han identificado 35 genes asociados con la reproducción, la composición de la leche, el crecimiento, la carne, la salud y los rasgos de conformación corporal. Esta identificación es un paso clave hacia el desarrollo de rasgos deseados por productores y consumidores.

La raza Gir (Bos primigenius indicus) es de origen indio y se ha introducido con éxito en los trópicos. Es una de las principales razas de ganado criadas en países tropicales de América del Sur, especialmente Brasil. Sin embargo, las distintas poblaciones tienen diferencias notables. La fuerte selección artificial en las últimas décadas ha aumentado la diferenciación genética entre los rebaños en los países de la región.

Para localizar los genes asociados con la producción de carne y productos lácteos en la raza Gir, los investigadores, liderados por Josineudson Augusto II de Vasconcelos Silva analizaron los genotipos de animales de diferentes poblaciones. Los resultados del estudio se han publicado en PLOS ONE.

“Seleccionamos un grupo para carne y otro para lácteos – explica de Vasconcelos Silva –. Los genomas de los 173 animales seleccionados para la producción de carne se compararon con los genomas de los 273 animales seleccionados para la producción de lácteos con el objetivo de detectar las regiones en las que se ubicaron los genes respectivos. Encontramos que 282 genes n podrían considerarse firmas de selección. De estos, 35 estaban asociados con la reproducción, la composición de la leche, el crecimiento, la carne, la salud o los rasgos de conformación corporal”.

La investigación mostró que los rasgos asociados con la fertilidad, la producción de leche, la calidad de la carne y el crecimiento estuvieron involucrados en el proceso de diferenciación entre aquellos animales criados por su carne y aquellos seleccionados para la producción de leche. Algunos de estos 35 genes ya eran conocidos por la ciencia. El resto son nuevos descubrimientos.

Los siguientes pasos involucrarán grupos de estudio más grandes, al menos 2.000 animales para comprender cómo se expresan los genes previamente conocidos y, más precisamente, cómo se asocian con los rasgos investigados.

Juan Scaliter