Entre 3.700 y 3.000 años atrás se produjo una transición importante en el clima, un enfriamiento global. Y lo que es cierto ahora era cierto entonces: las temperaturas cambiantes no afectan a todas las regiones del mundo por igual. Los efectos son más pronunciados en las zonas de alta latitud y altitud.
Los seres humanos tenemos una nueva oportunidad para aprender del pasado, en este caso de los cambios climáticos pretéritos. En los cambios climáticos del pasado, cuando las cosechas se perdieron y el hambre amenazó a la población, los habitantes de Asia se adaptaron a las nuevas circunstancias desplazándose, cultivando nuevas semillas y creando nuevas redes comerciales.
Esa es la conclusión de un estudio, liderado por Así sugiere una nueva investigación realizada por Jade d’Alpoim Guedes y Kyle Bocinsky y publicado en Science Advances. En él se describe un modelo informático que muestra por primera vez cuándo y dónde en Asia, los cultivos básicos hubieran prosperado o no hubieran sido tan buenos 5.000 y 1.000 años atrás.
De acuerdo a los resultados obtenidos, cuando la temperatura descendió, la población se mudó o recurrió al pastoreo: los rebaños pueden prosperar en pastizales donde los granos alimenticios no pueden. También se inclinaron por el comercio. Estas estrategias eventualmente se unieron para desarrollar la Ruta de la Seda, afirman d’Alpoim Guedes y Bocinsky y en algunas zonas también diversificaron los tipos de cultivos que plantaron.
El cambio climático también estimuló el desarrollo de la infraestructura de transporte en Asia, señalan los autores en un comunicado. Entre los ejemplos incluyen la decisión de la dinastía Sui de invertir en un gran proyecto y crear el Gran Canal de China (Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO), el canal más largo y antiguo del mundo, que une los ríos Amarillo y Yangtze. El canal actuó como un importante medio para el movimiento de personas y sus bienes comerciales.
“Las crisis son oportunidades para el cambio cultural y la innovación – explica Bocinsky –. Pero la velocidad y la escala del cambio climático actual es diferente. Los impactos del calentamiento en el futuro serán más rápidos y mayores, y la humanidad ha tenido 4000 años para adaptarse a un mundo más frío. Con el calentamiento global, estos patrones de adaptación duraderos comenzarán a cambiar de manera impredecible. Y podría no haber flexibilidad de comportamiento para esto, dada la política actual en todo el mundo”.
Juan Scaliter