Durante años se mantuvo que nuestros primeros ancestros contribuyeron a la desaparición de los grandes mamíferos en África durante los últimos millones de años. Ahora un equipo liderado por Tyler Faith y John Rowan, señala que fue el cambio ambiental a largo plazo el factor desencadenante.

“A pesar de décadas de literatura que afirma que los primeros homínidos impactaron en las faunas africanas antiguas – señala Faith –, ha habido pocos intentos de probar este escenario o de explorar alternativas. Creemos que nuestro estudio es un paso importante hacia la comprensión de la profundidad de los impactos antropogénicos en las grandes comunidades de mamíferos, y ofrece un argumento convincente en contra de estas opiniones sobre nuestros antepasados”.

Para probar el impacto de los antiguos homininos, los investigadores compilaron un registro de siete millones de años de extinciones de herbívoros en África, centrándose en las especies más grandes, los llamados megaherbívoros (especies de más de 1.000 kilos). Aunque solo existen cinco megaherbívoros actualmente en el continente, en el pasado hubo una diversidad mucho mayor. Tres millones de años atrás, la famosa Lucy compartió hábitat con tres especies de jirafas, dos de rinocerontes, un hipopótamo y cuatro especies de elefantes.

Cuándo y por qué desaparecieron estas especies ha sido durante mucho tiempo un misterio para los paleontólogos, que señalaban a la evolución de los homínidos que comenzaron a usar herramientas y a comer carne.

“Nuestros análisis – agrega Faith – muestran que hay una disminución constante y a largo plazo, de la diversidad de megaherbívoros que comenzó hace unos 4.6 millones de años. Este proceso de extinción se inicia más de un millón de años antes de la evidencia más temprana de ancestros humanos que fabricaron herramientas o mataron animales y mucho antes de la aparición de cualquier especie de homínido que pudiera darles caza, como el Homo erectus”.

“El factor clave en el declive de los megahervíboros – añade Rowan – parece ser la expansión de la sabana, algo que probablemente está relacionado con una caída global del CO2 en la atmósfera en los últimos cinco millones de años. Los bajos niveles de CO2 favorecen a la sabana por encima de los árboles y como consecuencia la vegetación se volvió menos leñosas. Sabemos que muchos de los megaherbívoros extintos se alimentaban de la vegetación leñosa, por lo que parecen haber desaparecido junto a su fuente de alimento. Precisamente en este momento también hay grandes extinciones entre los carnívoros africanos y que algunos de ellos, como los dientes de sable, pueden haberse especializado en presas muy grandes, tal vez en elefantes juveniles. Puede que algunos de estos carnívoros desaparecieran de África cuando se extinguieron sus presas”.

El estudio se ha publicado en Science.

Juan Scaliter