Para un niño, recuperarse de una fractura ósea precisa, habitualmente, de una convalecencia de corta duración, aunque dolorosa. Pero para los adultos, sobre todo si son mayores, puede ser un proceso prolongado y potencialmente mortal.
Encontrar formas de acelerar la reparación de los huesos en este tipo de casos es una prioridad de salud pública que podría salvar vidas y gastos de atención médica. Solo en España, más de 60.000 mayores de edad son hospitalizados cada año debido a lesiones por caídas, incluidas fracturas de caderas. Un reciente estudio, publicado en Nature Communications, señala un modo para acelerar el proceso de curación.
«Las fracturas y su curación – explica Benjamin Alman, líder del estudio, en un comunicado –, son un problema de salud importante en el envejecimiento, y las estrategias para mejorar el ritmo de reparación y evitar la necesidad de cirugías adicionales para lograr la curación, mejoran sustancialmente la vida del paciente”.
El equipo de Alman había demostrado previamente que la introducción de células madre de médula ósea en una lesión ósea puede acelerar la curación, pero el proceso exacto no estaba claro.
Ahora, el mismo equipo señala que ha identificado el “factor rejuvenecedor” dentro de las células madre de la médula ósea: los macrófagos, un tipo de glóbulo blanco.
Después de una lesión, el cuerpo envía macrófagos a dichas áreas. Allí experimentan cambios funcionales para coordinar la reparación del tejido. Durante la curación de una fractura, los macrófagos acuden al área de la lesión, pero cuando se agotan, las fracturas no se curan con eficacia. La cantidad y las características de los macrófagos pueden cambiar con el envejecimiento.
“Mostramos que las células jóvenes de macrófagos – añade Alman – producen factores que conducen a la formación de hueso, y cuando se introducen en ratones más viejos, mejoran la curación de fracturas. Si bien se sabe que los macrófagos desempeñan un papel en la reparación y la regeneración, los estudios anteriores no identifican las proteínas que estos producían y que son las responsables de este efecto. Nuestro estudio demuestra que las células jóvenes de macrófagos desempeñan un papel en el proceso de rejuvenecimiento. Esto sugiere un nuevo enfoque terapéutico para el tratamiento de fracturas”.
Juan Scaliter