Cerca de 3 millones de personas en los EE. UU. son diagnosticadas cada año con un trastorno bipolar, una condición psiquiátrica caracterizada por cambios dramáticos en el estado de ánimo. En España, actualmente hay un millón.
El tratamiento estándar incluye una combinación de psicoterapia y medicamentos recetados, como estabilizadores del ánimo y antipsicóticos.
Sin embargo, un campo de investigación emergente está explorando el uso de probióticos, a menudo considerados como “bacterias buenas”, como una posible nueva vía para el tratamiento de trastornos bipolares y otros trastornos del estado de ánimo psiquiátricos.
Ahora, un nuevo estudio, dirigido por Faith Dickerson, señala que un suplemento probiótico puede reducir la inflamación del intestino, que se sabe que exacerba el trastorno bipolar. Los organismos probióticos son bacterias no patógenas que, cuando están presentes en la flora intestinal, mejoran la salud general del huésped.
En los últimos años, la investigación ha demostrado un fuerte vínculo entre el tracto gastrointestinal y el sistema nervioso central. Esta conexión, llamada eje cerebro-intestino (GBA por sus siglas en inglés), permite la interferencia entre los sistemas endocrino, inmune y nervioso autónomo. El tracto gastrointestinal (GI) alberga el microbioma intestinal, una población compleja de aproximadamente 100 billones de microorganismos que interactúa con el revestimiento mucoso delGI. Los estudios han demostrado que la asociación entre el microbioma intestinal y el tejido GI tiene un efecto significativo en eje cerebro-intestino.
También hay una creciente evidencia que vincula los desequilibrios en las especies microbianas que conforman el microbioma intestinal con una serie de problemas de salud, como alergias, trastornos autoinmunes y trastornos del estado de ánimo psiquiátricos.
En el caso del trastorno bipolar y el GBA, estudios previos han demostrado que la inflamación, o la sobreestimulación del sistema inmunológico del cuerpo, es un factor que contribuye a la enfermedad. Con esto en mente, el equipo liderado por Dickerson desarrolló un suplemento probiótico destinado a reducir la inflamación causada por desequilibrios microbianos en el intestino.
Un grupo de pacientes, recientemente diagnosticados por trastorno bipolar, participó en un estudio de 6 meses para rastrear los efectos del tratamiento con probióticos tanto en su estado de ánimo como en su sistema inmunológico.
Los pacientes fueron seleccionados al azar para recibir el suplemento probiótico o un placebo además de sus medicamentos habituales. Los resultados mostraron que el grupo que recibió el suplemento probiótico, en promedio, no regresó al hospital tan rápido y requirió menos tiempo de tratamiento en comparación con el grupo de placebo. Los efectos beneficiosos fueron más pronunciados en aquellos pacientes que presentaron niveles anormalmente altos de inflamación al inicio del estudio. Los resultados se han presentado en la Reunión Anual de Neuropsicofarmacología.
En general, las conclusiones indican que los cambios en la inflamación intestinal pueden alterar la trayectoria de los trastornos del estado de ánimo psiquiátricos y que la modulación de la microbiota intestinal puede ser una nueva vía de tratamiento para los pacientes que padecen estas enfermedades.