La población mundial de 60 años o más, está creciendo más rápido que todos los grupos de edad y se enfrenta a una marea de enfermedades crónicas que amenazan su calidad de vida y plantean desafíos para los sistemas de salud y para la economía. Para comprender mejor la biología subyacente detrás del período de la vida antes de la primera manifestación de una enfermedad crónica, un grupo de científicos liderados por Peter Fedichev y Yurii Aulchenko, han analizado los datos genéticos y los historiales médicos de más de 300.000 personas de 37 a 73 años de edad.
El estudio, publicado en Communications Biology, muestra que las afecciones crónicas más prevalentes, como el cáncer, la diabetes, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, el accidente cerebrovascular, la demencia y algunas otras, aparentemente comparten el mecanismo subyacente común: el envejecimiento.
“De acuerdo con la ley de mortalidad de Gompertz, el riesgo de muerte por todas las causas aumenta exponencialmente después de los 40 años y se duplica aproximadamente cada 8 años – explica Fedichev –. Al analizar los datos clínicos disponibles, observamos que los riesgos de las enfermedades relacionadas con la edad crecen exponencialmente con la edad y se duplican a una tasa compatible con la mencionada ley. Esta estrecha relación entre las enfermedades crónicas más prevalentes y la mortalidad sugiere que sus riesgos podrían ser impulsados por el mismo proceso, que es el envejecimiento. Esta es la razón por la que el periodo de vida saludable puede utilizarse como una escala natural para la investigación de los factores genéticos que controlan la tasa de envejecimiento, el “santo grial” para las intervenciones antienvejecimiento”.
Para descubrir los factores genéticos asociados con la salud humana, los investigadores estudiaron el genoma de 300.477 individuos británicos. En general, se descubrieron 12 loci (posiciones fijas en un cromosoma) genéticos que afectan la esperanza de vida saludable. Para confirmar que estos resultados eran idénticos para otros grupos étnicos, los expertos utilizaron datos genéticos de participantes del Biobank del Reino Unido, con ascendencia europea, africana, sudafricana, china y caribeña.
Al menos tres loci genéticos se asociaron al mismo tiempo con el riesgo de múltiples enfermedades y la salud, por lo que podrían formar la firma genética del envejecimiento.
“El envejecimiento inevitable de la población mundial exige que la investigación sobre la longevidad se centre en la comprensión de las vías que controlan la vida saludable – concluye Fedichev –. Esperamos que nuestro trabajo eventualmente ayude a producir herramientas de diagnóstico novedosas en el campo de la genética del envejecimiento y a configurar el espacio objetivo para futuras terapias”.
Juan Scaliter