¿Por qué no hemos recibido ningún mensaje de una población alienígena? ¿Puede que realmente seamos una especie de zoo espacial que entretiene a otras inteligencias superiores que nos controlan desde el espacio exterior? Parece una locura, pero se trata de uno de los escenarios que un grupo de 60 investigadores ha planteado en la última reunión de la organización Messaging Extraterrestrial Inteligence (METI) en la Ciudad de las Ciencias y la Industria de París.
Uno de los temas principales giró en torno al «Gran Silencio», es decir, a la inexistente comunicación que ha habido hasta el momento de otras posibles comunidades extraterrestres (que nosotros sepamos). Así que para darle una explicación, exploran desde 1970 la hipótesis de que la Tierra es un zoo galáctico en el que los seres humanos estamos atrapados mientras que los aliens nos vigilan de cerca sin nosotros saberlo.
El hecho de que entre los millones de planetas que existen en el universo seamos el único que alberga vida inteligente es algo que resulta poco creíble (o algo con lo que debamos conformar). Esta es la duda que le surgió en su momento al físico italiano Enrico Fermi, quien en la década de los 50 miró hacia las estrellas y se preguntó «¿realmente estamos solos?». Desde entonces, la conocida como «Paradoja de Fermi» no ha encontrado una respuesta concreta. Él no llegó a sobrevivir para conocer la existencia de los miles de exoplanetas que se encuentran fuera de nuestro sistema solar, pero a pesar de que llevamos más de 4.000 encontrados, no hay de momento ninguno que parezca ser habitable o contener algún atisbo de vida. Así que, ¿sería posible la hipótesis de que seamos parte de un zoo?
Para el presidente del METI, Douglas Vakoch, si esta variable es real deberíamos plantearnos mejor la forma en la que nos comunicamos con nuestros amos, demostrándoles cuán grande es nuestra inteligencia. Es como si a una cebra le mostrásemos un patrón lleno de números y de forma instintiva tocase aquellos que son primos. Es evidente que nuestra reacción sería estudiar por qué lo ha hecho e intentaríamos comprender mejor esta nueva inteligencia que ha mostrado: «Nos veríamos obligados a responder», explicó Vakoch a EarthSky.
¿Y si estamos en cuarentena?
Otra de las posibilidades del cero contacto con nuestra civilización es que lo hacen por nuestro propio bien. Quizá, hemos sido evaluados durante años y han decidido que es mejor dejarnos evolucionar al margen de saber qué hay más allá de nuestro planeta. Para el copresidente del METI, Jean Pierre Rospars, la interacción con estas comunidades alienígenas podría ser un choque cultural tan fuerte que podría acabar, irónicamente, con la propia humanidad.
Pero, ¿y si realmente hubo otros mundos, pero estos se destruyeron pro los mismos errores que estamos cometiendo los humanos? Puede que esa sea la voz de alarma más fuerte que somos incapaces de ver: estamos solos porque quien llega a vivir acaba encontrando la razón de su propio fin.
Fuente: Live Science
Alberto Pascual García