Por más aficionado a la cerveza artesanal, al vino ecológico o la ginebra orgánica (si es que existe), que uno sea, no puede negar que el alcohol tiene sus problemas. Pero puede que eso esté por cambiar.

Desde hace más de una década, David Nutt, neurofarmacólogo y director de Ciencia Clínica en el Instituto Nacional de Abuso de Alcohol y Alcoholismo, dependiente del Instituto Nacional de Salud (NIH) ha estado desarrollando un sustituto sintético de alcohol al que llama Alcarelle. Nutt afirma que su creación tiene el potencial de permitir que las personas disfruten de todos los beneficios del alcohol y ninguno de sus inconvenientes: desde resacas hasta tumores relacionados con el alcohol, enfermedades del corazón y la posibilidad de desarrollar adicción.

El equipo de Nutt pretende diseñar una molécula de alcohol sintético capaz de interactuar con el cuerpo de una manera que evite los efectos secundarios negativos.

“Sabemos en qué parte del cerebro el alcohol produce sus efectos» buenos «y» malos «, y qué receptores particulares intervienen – explica Nutt en una entrevista –. Los efectos del alcohol son complicados, pero … podríamos apuntar a las regiones deseadas”.

En su fase actual, el equipo de Nutt está trabajando en darle a su molécula de alcohol sintético un «efecto máximo» que evitaría que un bebedor cruce la línea de achispado a beodo, evitando la toxicidad, los problemas de salud y las resacas.

Juan Scaliter