En lugar de repetir un experimento en un modelo de ratón, un equipo de científicos, liderados por Sophie Piper, han tomado otra decisión: lanzar una moneda para confirmar si un fármaco protege al cerebro contra un derrame. Los resultados se han publicado en Plos Biology.
Con este provocador y aparentemente absurdo experimento, el equipo de Piper ha expuesto un problema que afecta a muchos estudios en biomedicina experimental. La muestra de un estudio, la cantidad de sujetos analizados, a menudo por debajo de 10, y los parámetros laxos a la hora de señalar la importancia de una estadística, conducen a una alta tasa de falsos positivos y a una sobreestimación de los efectos reales. De acuerdo con los autores, contrariamente a lo que se piensa habitualmente, la reproducción de un estudio en laboratorio, puede que no agregue más evidencia de lo que se podría obtener al arrojar una moneda.
Actualmente muchos campos de investigación están luchando contra lo que se ha denominado “la crisis de la reproducción”: a menudo la capacidad para reproducir un experimento cae por debajo del 50%. Esto ha sembrado dudas en muchos estudios y ha propiciado la búsqueda de causas subyacentes. Con este fin, muchos investigadores han comenzado a repetir experimentos dentro de sus laboratorios. Sin embargo, en este artículo, el equipo de Piper analiza la utilidad de reproducir experimentos en laboratorios al tiempo que señalan que hay que ser muy precavidos con los protocolos de reproducción actuales. En su estudio destacan métodos detallados sobre cómo realizar la reproducción de un estudio de modo que evitemos recurrir a ensayos con animales, al tiempo que aumentan la solidez y reproducibilidad de los resultados.
«La reproducción – concluyen los autores– es un fundamento del proceso científico. Podemos aprender de una reproducción exitosa y también de una fallida, pero solo si diseñamos y realizamos correctamente los procedimientos”.
Juan Scaliter