El conocimiento de los grupos sanguíneos en 1902 ha salvado a más de 1000 millones de personas en poco más de un siglo. Esa cifra es más o menos la población de 142 planetas iguales a la Tierra. La vacuna contra la viruela, la primera en desarrollarse, en 1796, ha salvado desde entonces más de 500 millones de vidas. La penicilina, que empezó a utilizarse en 1940 para luchar contra las infecciones, a 82 millones de personas.

Un policía que se arañó con una rosa fue el primer tratado con el antibiótico hace 75 años

Y, después de la penicilina, ¿cuál es el avance médico que tendrá más repercusión? ¿Tendrá que hacernos inmortales? Aquí tienes algunas respuestas. Envíanos tu opinión en Facebook a @quorevista

1. El descubrimiento de los anticuerpos monoclonales para combatir el cáncer

    Iván Márquez Rodas, (@ivanpantic1980), oncólogo médico del Hospital General Universitario Gregorio Marañón de Madrid, y codirector del proyecto español de investigación basado en la inmunoterapia, comenta en twitter:

    “Difícil pegunta! Posterior en el tiempo a la penicilina, ¿quizá habría que destacar el descubrimiento de los anticuerpos monoclonales? Este descubrimiento ha permitido abordar la cura del cáncer desde un lugar nuevo en medicina. Se trata de reforzar nuestro propio sistema inmune para que él se encargue de destruir tumores. Curarnos a nosotros mismos. Casi parece magia. Los medicamentos con anticuerpos monoclonales son tratamientos oncológicos que aprovechan las funciones del sistema inmunitario natural para combatir el cáncer.

    2. Cambio de genes

      Márquez Rodas también destaca como el gran triunfo de nuestros días la secuenciación Sanger, el método que permite secuenciar de un modo automático el ADN. El método de secuenciación que ideó deó Fred Sanger en 1977 anda detrás del conocimiento del genoma humano.

      Para José M López Nicolas (@ScientiaJMLN), profesor de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Murcia y creador del blog de divulgación científica Scientia: “A largo plazo, la edición genética para combatir enfermedades” desbancará a la penicilina”. Es difícil hacer cálculos, pero se estima que existen más de 6.000 enfermedades genéticas, de las que tan solo conocemos los genes causantes de unas 2.000. El corte, pega y reemplazo de genes apunta a poner fin a males heredables, como la enfermedad de Huntington, La fibrosis quística, la miopía etc.

      Márquez Rodas añade más candidatos a superar a la penicilina como el gran remedio del siglo. “¿Los diuréticos? ¿el control de la hipertensión?”, y concluye con una duda: “Quizá el gran avance llegue cuando la salud se considere un bien sobre el que esté prohibido especular. Y que esto abarque desde el agua potable, hasta los sofisticadísimos linfocitos modificados para tratar el cáncer” .

      Para Antonio campillos @toni_campillos en twitter: “la nanotecnología aplicada a la medicina” y para Paco Martínez, que respondía a nuestra pregunta en Facebook, el aplauso se lo lleva “el freno al SIDA”.

      3. El microbioma tiene todo el futuro

        Pero el mayor número de votos de expertos en salud se lo ha llevado el microbioma: el estudio de la comunidad de bacterias que pueblan el intestino humano. Como dicen en @microBIOblog: “El 90% de nuestras células son bacterias, tenemos 10 veces más bacterias en que células humanas, hasta 2 kilos de tu peso son bacterias (algunos podemos llegar a los tres kilos). ¡Somos más bacteria que humano!” Así que no se trata solo de curar nuestras células, hay que curar a las bacterias que nos habitan si se dañan.

        Las bacterias cada vez aparecen con más frecuencia relacionadas con casi todos los males aterradores que a día de hoy no pueden ni prevenirse ni curarse (autismo, cáncer, enfermedades degenerativas… ) Afectan a nuestro sistema inmune, e incluso son la base de procesos neurológicos. ¿Qué significa todo esto? En el camino para entender la enfermedad, los científicos han encontrado un nuevo océano. Un territorio que verdaderamente les deslumbra, y se trata de la colonia de bacterias que habitan el interior del cuerpo humano. Primero solo se fijaron en las perjudiciales, las que ocasionaban enfermedades y erradicaron con antibiótico. Pero hoy miran a los grupos bacterianos como la base de nuestra salud y lo que buscan es sanarlas si se deterioran, o “reemplazarlas” si llega el caso.

        ¿Qué podemos hacer? ¿Comer bífidus y cruzar los dedos? ¿Cómo incorporar a nuestro intestino una nueva colonia de bacterias si las nuestras no son de buena calidad? La respuesta puede que no te guste. Las pastillas de heces son un avance monumental en la medicina digestiva, nada comparado con lo que queda por venir. Con las heces trasplantadas llega una colonia nueva de bacterias saludable.

        ¿Serán las pastillas de heces las que aparecerán en el futuro como la nueva revolución de la salud? Mejor pensar que a nosotros no nos va a hacer falta.

        Lorena Sánchez Romero