El futuro radiotelescopio más potente del mundo ha ocasionado intensos debates en los últimos meses. Sudáfrica, por un lado, y Australia y Nueva Zelanda, por otro, deseaban ser nombradas sede de sus más de seis mil antenas. Por fin, las negociaciones quedaron en tablas y se ha decidido que los receptores del Conjunto de un Kilómetro Cuadrado (SKA, por sus siglas en inglés) se distribuyan entre los tres países.
Una vez terminado (previsiblemente en 2024), el telescopio será capaz de captar las imágenes del Universo en los primeros siglos tras el Big Bang. Algunos científicos relacionados con el proyecto han expresado su preocupación porque el reparto aumente los costes de mantenimiento.
Pilar Gil Villar
Consumir cannabis puede provocar cambios en el epigenoma del cuerpo humano, según sugiere un estudio…
Las pruebas sugieren que los grandes felinos extintos con dientes de sable conservaban a sus…
La falta de datos de la industria química en la UE impide a menudo evaluar…
El cambio climático podría convertirse en el principal causante del declive de la biodiversidad a…
La vitamina D altera las bacterias intestinales de los ratones y como resultado mejora su…
Los científicos confirman la composición del núcleo interno de la luna, que consiste en una…