Quizá el Sol parezca un punto ciego galáctico gigante, pero ya hemos echado un vistazo al otro lado y no hay nada parecido a la Tierra, según cuenta el científico de la NASA Michael Kaiser, «a no ser que sea extremadamente pequeño».

Kaiser es el científico del proyecto de la NASA Observatorio de Relaciones Solar-Terrestres (STEREO), que en 2006 envió dos satélites del tamaño de un carrito de golf a orbitar alrededor del Sol para estudiar las explosiones de su superficie, ya que afectan en gran medida al clima en el espacio. Unos meses después del lanzamiento los satélites flanquearon el Sol y se situaron en un ángulo que les permitiría observar detrás, pero no descubrieron planetas tras el astro.

Redacción QUO