Para cumplir con el Nuevo Tratado de Reducción de Armas Estratégicas, Estados Unidos debe reducir su arsenal nuclear a menos de 1.550 cabezas nucleares estratégicas. Una vez que los científicos de la Administración Nacional de Seguridad Nacional han inspeccionado cada cabeza nuclear para determinar la mejor forma de ponerlas fuera de funcionamiento, van a la Planta Pantex en Texas, la única instalación del país capaz de desactivar armas nucleares.
El explosivo estándar que se usa para activar la reacción nuclear es la parte más volátil de la bomba, de modo que es lo primero que se extrae y luego se quema. El plutonio y el uranio enriquecido también se extraen y se mandan a otras instalaciones, donde se transofrman en barras de combustible para que se usen en las plantas nucleares.
Todo en un día de trabajo
Se podría supone que alguien que trabaja con bombas nucleares debe necesitar de antiácidos. Pero las bombas se reciclan de la misma forma lenta, segura y aburrida que cualquier otra tecnología, solo que se debe llevar un traje antirradiación. «Por supuesto, nunca se debe perder el respeto al material con el que se está trabajado», afirma Bron Johnston, el director de desmantelamiento en la instalación Y-12 del Complejo de Seguridad Nacional en Oak Ridge, Tennessee, donde se trata el uranio. «La seguridad es lo más importante. No es como trabajar en una fábrica de pan».
Redacción QUO