Ha venido Ignacio Martínez. Probablemente, muchos habéis oído hablar de él, pues es de los más veteranos de Atapuerca. Le veréis frecuentemente en la Sima de los Huesos junto Arsuaga, de quien es devoto discípulo, y con él es coautor de dos libros: uno es La Especie elegida, el libro más difundido sobre paleoantropología en toda Europa; el otro, menos conocido, se llama Amalur y trata sobre la evolución de la vida en la Tierra. Tengo tal devoción por este libro y su temática que mi hija se llama Amalur. Martínez, Nacho para los amigos que somos legión, es profesor de Paleontología en la Universidad de Alcalá de Henares y, por lo que me cuentan, es de los profesores más celebrados, algo que no me sorprende habida cuenta de su brillantez y elocuencia. Arsuaga no ha podido encontrar un mejor continuador de su saga.

Estudia el bajocráneo de los homínidos y especialmente lo relativo al oído y a la fonación. Ha revolucionado el estudio de estos aspectos, pues anteriormente todos los trabajos se centraban en el estudio del hueso ioides y él se ha centrado en el estudio de la cadena de huesecillos. Claro que previamente los rescatan en el fondo de la Sima, y es verdaderamente milagroso que se conserven en perfecto estado. ¡Vaya sitio la Sima! Hace algunos años, Nacho me permitió ayudarle en la extracción de una de estas cadenas de huesecillos. Con un colador finísimo, fue inyectando líquidos en el fósil craneal hasta que salieron los ínfimos huesecillos en cuestión. Fue un momento apasionante que no olvidaré en mi vida. Nunca podré pagarle esta deuda de gratitud con él contraída. Continuar leyendo

Redacción QUO