Los primeros haces de partículas ya circulan hoy por el LHC, su primera puesta en marcha “seria” que le llevará a funcionar a pleno rendimiento dentro de dos años. Pues bien, aquí seguimos, sin que ningún agujero negro ni ningún otro suceso apocalíptico hayan destruido la Tierra.
En este sentido, el Laboratorio Europeo de Física de Partículas (CERN), responsable de la criatura, y en general, la comunidad científica, han tenido que soportar durante meses diversas acusaciones catastrofistas.
El estadounidense Walter Wagner y el español Luis Sancho fueron los primeros en asegurar que el LHC podría desencadenar un agujero negro, materia exótica supermasiva o un vacío cuántico, capaces de destruir la Tierra y hasta el propio Universo. Hasta tal punto están convencidos de sus acusaciones que han creado un movimiento,«Ciudadanos contra el LHC” y han presentado una demanda en un juzgado de Hawai (Estados Unidos también participa en el LHC) para que se paralice.
Por su parte, un grupo de científicos alemanes y austríacos llevaban al Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo una querella contra el LHC. Sin embargo, en este caso, los responsables de este tribunal europeo han rechazado la demanda. No así el caso del tribunal hawaiano abierto por Wagner y Sancho, cuyo proceso judicial sigue abierto en estos momentos.
¿Y qué afirman los científicos que defienden esta instalación? Que el riesgo de este tipo de sucesos catastróficos es inapreciable. Así, en la vista del proceso de Hawai, varios especialistas internacionales en física de partículas presentaron detallados informes al respecto. Por su parte, el CERN ha demostrando en un informe la seguridad del recinto.
Entre todos los argumentos utilizados por los responsables de dichos informes, hay uno que se entiende sin necesidad de ser un especialista en Física de partículas: aunque el LHC puede alcanzar una energía que ningún otro acelerador de partículas ha alcanzado antes, la naturaleza produce a diario energías mayores y la Tierra aún sigue existiendo.
A pesar de ello, la polémica no parece que se vaya a cerrar tan fácilmente. El LHC todavía no ha alcanzado su plena potencia (14 Teraelectronvoltios, TeV), lo que seguro que será utilizado por sus detractores para asegurar que el peligro sigue latente.
Al respecto, lee también este post de la Bitáquora de Javier Armentia, director del Planetario de Pamplona, en QUO.es.
Aquí puedes ver una imulaciónen video en el que se ve qué ocurriría si un agujero negro se creara en el LHC.
Redacción QUO