A raíz de una denuncia planteada por dos autotitulados científicos, los periódicos se hicieron eco de una pregunta alarmante: ¿podrán los experimentos del CERN, y en particular el LHC, provocar un agujero negro que destruya el mundo? Pero las carcajadas que esta historia ha provocado en el ámbito científico aún no se han apagado. Porque con el LHC se obtiene una energía enorme, sí, pero solo a escala atómica. Se mide en Teraelectronvoltios (TeV), y para hacerse una idea de cuánta energía estamos hablando basta tener en cuenta que 1 TeV equivale a la décima parte de una millonésima parte de un julio. Dado que para calentar un litro de agua a un grado se necesitan 4.186 julios, queda claro que la energía liberada por el LHC resulta ridícula comparada con la escala que usamos para nuestra vida cotidiana.
Redacción QUO